El club de fútbol belga Genk reaccionó con indignación ante una extraña decisión del arbitraje en el partido fuera de casa contra el Anderlecht. Al número 7 le anularon un gol porque el goleador entró demasiado pronto en un rebote tras un penalti fallado, pero según la asociación de árbitros, el penalti debería haberse ejecutado de nuevo. Genk ha decidido apelar.
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