Cansada de ver a las mujeres perder sus trabajos para ser reemplazadas por robots diseñados por mentes masculinas, creó una asociación de empoderamiento de mujeres y una firma de consultoría.


No.nacida y criada en Teherán, licenciada en Ciencias de la Información y especializada en Inteligencia Artificial, Darya Majidi, de 54 años, como empresaria, casi siempre se encontró tratando con interlocutores masculinos. A lo largo de los años como Concejal de Innovación en el Municipio de Livorno, de 2009 a 2014, ha visto a mujeres perder sus trabajos para ser reemplazadas por robots diseñados por mentes masculinas. La experiencia, por tanto, la llevó a cuestionarse cómo hacer que la tecnología digital, tan importante en nuestro día a día, se vuelva inclusiva. Evitar el riesgo de que la innovación, con todo el potencial de crecimiento y carrera que conlleva, remueva a las mujeres y las deje en posiciones marginales.

Darya Majidi: un impacto positivo para las mujeres

Por eso empezó a ocuparse, de manera concreta, creando una asociación, Mujeres 4.0y una firma consultora, la Grupo Daxode la que es fundador y CEO, quien tiene a su cargo transformación digital y empoderamiento femenino. A partir de ahí comenzaron otros proyectos, siempre con el objetivo de tener un impacto positivo para las mujeres. Y por tanto, en el futuro de todos y todas. ¿El primer paso? Orientar a las chicas, sus energías, sus pasiones.

Comencemos con los datos. ¿Cuántas mujeres hay en las TIC, es decir, en las tecnologías de la información y la comunicación?
Solo el 15 por ciento, según estimaciones del Foro Económico Mundial. Significa que el 85 por ciento del software que gobierna nuestras vidas es creado y controlado por humanos. ¿Realmente queremos delegarles el futuro, sin poner en el campo nuestras habilidades, nuestros valores? ¿Renunciando a ser protagonistas de la innovación? Realmente no lo creo. Por eso decidí comprometerme. ¿Cuándo empezó a activarse? Tal vez cuando vi a mi esposo regresar al trabajo unos días después de mi nacimiento. O cuando, trabajando para llevar tecnología a empresas y hospitales, vi que solo me comparaba con los hombres. O, finalmente, cuando como concejala de innovación en mi ciudad, Livorno, de 2009 a 2014, me di cuenta de cómo las mujeres fueron las primeras en ser reemplazadas por robots en las empresas, mientras caminaba. Por un lado, surgían carreras bien remuneradas en el mundo digital, por otro, trabajos tradicionales y mal remunerados. El riesgo de quedarse fuera era grande. Algo había que hacer. Por ellos y por los jóvenes: Fui la primera mujer en crear un espacio de incubación y coworking, donde han nacido una veintena de start-ups hasta el momento. En 2018 escribí el libro Donne 4.0, y de ahí nació la asociación.

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¿Y en qué te estás enfocando hoy?
Hemos creado un Observatorio Pnrr donde con un enfoque cuantitativo medimos el impacto de las medidas en la brecha de género: según el Ministerio de Economía y Finanzas, alrededor del 20 por ciento puede tener un impacto, mientras que el 80 es neutral. Tenemos muchas ganas de medir 80, para entender qué funciona y qué no. Por ejemplo: presentaron el Fondo para el emprendimiento de la mujer pero al día siguiente ya se acabó el dinero: como empresaria digo que hubo un error. Nuevamente: hay muchos decretos de implementación para premiar a las empresas que promueven la igualdad de género. En resumen, hay mucho que hacer y vigilar. El Manifiesto de la Mujer 4.0 resume los pasos necesarios para promover la entrada y el empoderamiento de la mujer en el mundo de las tecnologías. Nosotros, con los cursos de reciclaje y actualización, actuamos de manera concreta para que no se queden atrás. Y con la nueva iniciativa StartupHER seleccionaremos a los tres mejores proyectos femeninos que ayudaremos a crecer. Pero ante todo necesitamos la formación de las chicas, a las que hay que animar a conocer las materias Stem.

Este verano habéis organizado por primera vez AIxGIRLS, un campamento tecnológico gratuito en Volterra para alumnos que se han graduado de cuarto de primaria. ¿Como le fue?
Muy bueno. Tuvimos 57 solicitudes para 20 puestos. Orientamos a las chicas seleccionadas durante una semana sobre Inteligencia Artificial y Data Science, estaban curiosas y motivadas. Sin embargo, a la pregunta: «¿cuántos de ustedes creen que podrán ingresar al sector?», la respuesta fue unánime: ninguno. Nos impresionó mucho. Si los mejores se cierran porque creen que no están a la altura, significa que el camino hacia la toma de conciencia aún es largo. Las niñas no se dan cuenta del impacto que pueden tener. Pero las habilidades no son suficientes si no tienes el coraje de proponerte, de tomar el poder.

El poder es un tema delicado, asusta a muchas mujeres. ¿Porque?
No se presentan porque tienen una idea negativa de ello, no conciencia y liderazgo. Pero siento que algo está cambiando. Según un dicho persa, las gotas se juntan y crean el océano. Ser digital significa tener las herramientas para ser protagonistas del cambio, y no sufrirlo. Se necesitan las tres C: habilidades, corazón y coraje.

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