Campeonato de Europa de balonmano | Gíslason, entrenador del DHB, sobre Wolff: "Siempre estuvo enojado conmigo"

El seleccionador nacional Alfred Gíslason y el portero nacional Andreas Wolff ya trabajaron juntos a nivel de clubes. Probablemente su relación no siempre fue fácil.

Andreas Wolff es actualmente una pieza fundamental de la portería alemana en el Campeonato de Europa de balonmano. Con buenas actuaciones, el jugador de 32 años ganó el partido tanto en el primer partido de la ronda preliminar contra Suiza como en el primer partido de la ronda principal contra Islandia.

El resultado fue un gran elogio por parte de los compañeros y, sobre todo, del seleccionador nacional. «Andi es uno de nuestros jugadores de talla mundial y una importante figura de liderazgo. Da mucha seguridad a los chicos», dijo Gíslason en una rueda de prensa en Colonia.

Gíslason llevó a Wolff a Kiel

Como también reveló el seleccionador nacional, la relación entre él y el portero no siempre estuvo exenta de dificultades. Los antecedentes: Gíslason y Wolff trabajaron juntos en el pasado en el THW Kiel de la Bundesliga. El islandés entrenó al equipo de 2008 a 2019 y en 2016 incorporó al equipo al aún joven y relativamente desconocido Wolff, poco antes de celebrar su gran avance con la selección nacional cuando ganaron el Campeonato de Europa.

“Lo traje a Kiel”, recordó Gísalson en la rueda de prensa. «Esa fue en parte la razón por la que lo incluyeron en la selección nacional en 2016, porque acababa de firmar con nosotros y mi compatriota (el entonces seleccionador nacional Dagur Sigurdsson) lo sabía», continuó Gíslason. Luego, Wolff pasó de ser el tercer portero con buenas actuaciones a convertirse en el portero titular de la selección nacional.

Competencia con Landin

Cuando Wolff llegó a Kiel, tenía ante sí a un portero consagrado de talla mundial: Niklas Landin. Probablemente al portero no le gustó especialmente la división del trabajo con el danés. “A veces fue difícil”, recordó Gíslason sobre la situación. “Para él más que para mí porque era más joven y muy impulsivo”, afirma el hombre de 64 años.

«Me di cuenta de que Landín salía muy mal del banquillo y Andi salía muy bien del banquillo porque siempre estaba muy enojado conmigo», explicó Gíslason. Wolff tuvo casi tanto tiempo de juego como Landin. «Estadísticamente los dos jugaron exactamente 50/50 durante toda la temporada. Casi idéntico. Sin embargo, Andi siempre estaba enojado porque rara vez era titular. Pero lo hizo muy bien».

Wolff ahora ha cambiado, afirmó el seleccionador nacional. «Con el tiempo se ha vuelto mucho más maduro y equilibrado. Eso me hace muy feliz. Ha madurado hasta convertirse en un portero de talla mundial». Gíslason destacó que la relación entre el entrenador y el portero era buena entonces y ahora, «aunque en aquel entonces tuvimos una discusión en Kiel».



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