Mientras tanto, los precios del acuerdo suben y bajan en unos pocos tuits, como este, de nuevo el 30 de julio, también firmado por Calenda: «No somos nada equidistantes del Partido Demócrata y Forza Italia. Siempre he pensado que liberales, Pueblos Populares y socialdemócratas deberían haber gobernado juntos marginando a los extremistas».
acuerdo cuesta arriba
Pasa un día y el acuerdo con el Partido Demócrata parece alejarse: Calenda, aún a través de las redes sociales, instruye al Partido Demócrata sobre sus reglas de compromiso: “Discutamos lo que quieras, pero los votantes de @Azione_it no pueden pedir votar Di Maio, Bonelli (anti Ilva, plantas de valorización energética de residuos y plantas de regasificación) y Fratoianni (que votó 55 veces la no confianza en Draghi) en circunscripciones uninominales».
Enrico Letta profesa serenidad y apertura al diálogo, pero al mismo tiempo muestra el reloj a los aliados: «Estamos poniendo todo nuestro empeño en convencer a todos los que quieren y pueden formar parte de nuestra alianza para que estén allí. No tenemos veto, no tenemos una actitud menos que constructiva” pero “el tiempo pasa -advierte-, ahora queda poco tiempo por delante”.
El pacto firmado en la Cámara
El partido decisivo llega el 2 de agosto pero en la víspera la situación estaba en equilibrio. Tras días de ida y vuelta, vetos y ultimátums, Letta, Calenda y Benedetto Della Vedova (+Europa) firman el pacto, al término de una reunión de dos horas en la Cámara. Un “acuerdo electoral para triunfar contra la derecha”, comenta Letta. “Hoy se reabre el juego”, reitera Calenda.
Se abre el juego de la alianza a la izquierda.
Al día siguiente de embarcar a Calenda, el PD se enfrenta al riesgo de viajar sin la Izquierda italiana y la Europa verde. Omita la reunión con Enrico Letta: la alianza de izquierda pide un suplemento de reflexión, ante “un profundo malestar en el país y en particular en el electorado de centroizquierda en su conjunto”. Hay un pedido de “una renegociación de puntos” para un “perfil programático que le hable a la gente de centroizquierda” para que estén “las condiciones para un acuerdo”. Pero Calenda cierra: «Acción no está dispuesta a hacerlo. La agenda de Draghi es el eje de ese pacto y lo seguirá siendo. Fin del asunto».