Cajeros automáticos independientes, en Italia hay 80 que dispensan sin restricciones


A pocos pasos de Campo de’ Fiori, en Roma, es posible comprar criptomonedas, retirar y depositar efectivo sin límites y, sobre todo, sin tener que justificar nada ante las autoridades fiscales. Lo mismo se puede hacer no lejos de Porta Venezia, en Milán, pero también en Bolonia, Brescia, Palermo, Nápoles, Reggio Calabria y en otras 24 ciudades repartidas de norte a sur.Es un agujero en la legislación contra el blanqueo de capitales. (Decreto Legislativo 231/2007) que permite a los cajeros automáticos independientes, sucursales de servicio de efectivo móvil particularmente presentes en algunas zonas del país, prestar servicios financieros de manera no transparente. Son administrados por empresas extranjeras ajenas al circuito bancario, no están sujetos a vigilancia y no están obligados a ningún tipo de divulgación con el Banco de Italia. Además, en varios casos estos operadores están registrados en países costa afuera o en los estados de la UE que tienen Unidades de Inteligencia Financiera (UIF) con poderes de evaluación limitados o, en cualquier caso, no exactamente comparables a los poderes más incisivos de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), el organismo contra el lavado de dinero del Banco de Italia.

operación sospechosa

Los analistas ya iniciaron inspecciones hace algún tiempo para investigar el funcionamiento de estos cajeros automáticos administrados por operadores no bancarios, encontrando su presencia cada vez más extendida en todo el país. Eso sí, de momento no son muchos, pero se estima que seguirán aumentando en los próximos años. De hecho, para facilitar el seguimiento, la UIF ha establecido una colaboración con la agencia de Aduanas para identificar, a través de datos sobre las importaciones de estos cajeros automáticos, los cajeros automáticos ubicados en todo el país y administrados por estos operadores no sujetos a supervisión contra el lavado de dinero.

Los números

Actualmente hay unos ochenta de ellos, pocos frente a los 262 de España pero suficientes frente a los 96 de Alemania, 43 de Irlanda, 23 del Reino Unido y siete de Francia. La cuestión, sin embargo, no es la cantidad de estas «máquinas» sino su eficacia, que se presta bien -como confirman fuentes de la Dirección Nacional Antimafia- a blanquear dinero procedente de la evasión fiscal media, el narcotráfico o la extorsión, más que de operaciones más amplias de «lavado» de capitales ilícitos, para las cuales la factura falsa sigue siendo el instrumento privilegiado.
En Milán, por ejemplo, hay 13, mientras que en Roma hay 12, en Bolonia ocho y en Brescia cinco. En Sicilia hay tres en Catania, dos en Palermo y uno en Siracusa; en Campania cuatro en Nápoles y uno en Caserta. Por lo demás, casi todas las regiones italianas tienen al menos un cajero automático independiente. Los problemas de estas «máquinas» son diferentes. Los informes subrayan que «la ausencia de límites en los importes totales que pueden retirarse incluso mediante operaciones posteriores, la colocación de las «máquinas» con operadores no financieros» y «la posibilidad de ofrecer conjuntamente servicios de depósito y retirada» permiten «formas de blanqueo de capitales».

Hallazgos judiciales

Las hipótesis se confirman en las investigaciones judiciales. Se ha descubierto que a través de este circuito de cajeros automáticos independientes se han lavado en África importantes ganancias generadas por delitos como fraude informático, contrabando, explotación de la prostitución, tráfico de armas, drogas y seres humanos. Una red de testaferros vinculados a organizaciones criminales alimentaba tarjetas prepagas con este dinero a través de cajeros automáticos. Finalmente, la «provisión» se tomó de los países de África Occidental, principalmente los estados que bordean el Golfo de Guinea -Benin, Togo, Costa de Marfil, Ghana, Nigeria- y Burkina Faso.

incertidumbres regulatorias

La UIF señala que el problema de fondo es que los operadores de estos cajeros automáticos independientes «no están sujetos a obligaciones Aml/Cft (anti-lavado de dinero y contra el financiamiento del terrorismo, ed.) ni a formas de divulgación a las autoridades competentes». Una actividad que se desarrolla «en ausencia de cualquier seguimiento».
Por ello ha reclamado en repetidas ocasiones (ver entrevista al lado) una «interpretación evolutiva de las disposiciones actuales del Decreto Legislativo 231/2007 según el cual las operaciones en otro país de la UE con una extensa red de sucursales de cajeros automáticos deben ser consideradas como una forma de «establecimiento sin sucursal», con la consiguiente aplicación de las obligaciones nacionales a los intermediarios europeos que realizan esta actividad en Italia en régimen de libre prestación de servicios». Esto sería coherente con lo ya previsto por la Autoridad Bancaria Europea.



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