La transmisión es un conjunto de piezas que permiten transferir el movimiento generado por el motor y su eje a las ruedas. Muchos de ellos, incluidos la caja de cambios y el embrague, también pueden desgastarse debido a un comportamiento de conducción diario, que en su mayoría es incorrecto. Esto es lo que debe hacer para mantener saludable su caja de cambios manual
Es bien sabido que muchas de las técnicas que se enseñan en las autoescuelas no son adecuadas para gestionar bien tu coche en el tráfico, especialmente cuando se trata de mantenerlo a lo largo de los años. De hecho, muchos comportamientos son enseñados por instructores para la seguridad de los nuevos conductores mientras aún están aprendiendo pero que, una vez obtenidos su permiso, deberían abandonarse. Los hábitos, sin embargo, no son tan fáciles de cambiar. Además, muchos aprenden a conducir sin saber exactamente qué le sucede a su vehículo: giras una llave, presionas unos pedales y mueves una palanca, pero ¿qué pasa debajo? Conocer el funcionamiento de tu vehículo puede servir, por ejemplo, para reconocer posibles averías y entender de dónde vienen, pero también para saber cómo mantenerlo en buen estado en el tiempo. De hecho, el desgaste de algunos componentes puede ocurrir no sólo con la “vejez” de su automóvil sino también por cómo se conduce a diario: uno de ellos es la caja de cambios manual y en consecuencia también el embrague. Para comprender por qué algunos de los comportamientos enumerados pueden dañar el vehículo y comprometer su seguridad, es necesario explicar qué son estos dos componentes y cómo funcionan.
la transmision
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El embrague y la caja de cambios forman parte de un conjunto de piezas mecánicas que permiten transmitir el movimiento del cigüeñalque transforma la fuerza generada por la combustión en movimiento giratorio, a las ruedas. Para llegar a este último, este movimiento pasa primero por el embrague, luego por la caja de cambios, por el posible eje de transmisión y finalmente por los semiejes: todos estos elementos forman parte de la “transmisión”.
cambio
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La caja de cambios manual suele estar formada por dos ejes: uno conectado directamente al eje de transmisión y el otro al eje de transmisión que llega a las ruedas. Los dos funcionan juntos gracias a una serie de engranajes: cada par de engranajes equivale a un engranaje. El mecanismo de la caja de cambios sirve para adaptar la fuerza generada por el motor y el número de revoluciones de este último en función de las condiciones de conducción en las que se encuentre. De hecho el nombre correcto es “caja de cambios”, precisamente porque adapta la velocidad a la que funciona el motor a la velocidad que necesitan las ruedas. Cada marcha permite explotar la potencia del motor de una forma diferente (lo que equivale a fuerza multiplicada por la velocidad): las marchas bajas proporcionan la fuerza necesaria para acelerar o afrontar subidas a velocidad reducida, mientras que las marchas altas permiten viajar a velocidades más altas. . alto con menos esfuerzo del motor. Al arrancar desde parado, el motor debe proporcionar un número elevado de revoluciones para permitir que el automóvil inicie el movimiento hacia adelante, por lo tanto, más fuerza con menos velocidad; por el contrario, en un tramo largo de autopista la fuerza necesaria disminuye gracias a la inercia que empuja al vehículo hacia delante, pero con la necesidad de circular a mayor velocidad. El enclavamiento entre las dos marchas se produce gracias a un sincronizador.a su vez accionado a través del selector de marchas, órgano directamente conectado a la palanca de cambios. Todos estos pequeños componentes están sujetos a desgaste y, al tratarse de un órgano complejo, en caso de avería, la mano de obra necesaria para desmontarlo y volver a montarlo podría pasar factura a tu bolsillo.
el embrague
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El otro componente de interés es el embrague: se trata de un disco fabricado con un material abrasivo similar al de las pastillas de freno. Su propósito es separar temporalmente el cigüeñal del eje primario de la caja de cambios, para hacer que el engranaje del engranaje sea suave y sin tirones. El embrague es, por tanto, el vínculo entre el motor y la caja de cambios: cuando se pisa el pedal del embrague, se separa y desconecta la relación directa con el motor, que deja de transmitir su movimiento a la caja de cambios. Al ser un dispositivo sometido a un estrés constante, está más sujeto a un desgaste prematuro si no se utiliza correctamente.
Caja de cambios manual, que no hacer
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Una vez tenidas en cuenta todas las piezas sujetas a desgaste, a continuación se detallan los comportamientos más habituales al conducir con caja de cambios manual que pueden resultar perjudiciales:
Mantenga el pie en el embrague incluso cuando no esté cambiando de marcha.: puede provocar un desgaste prematuro del disco de embrague, ya que queda parcialmente engranado. Una vez que haya puesto la marcha, es una buena idea mover el pie hacia la izquierda.
Mantenga la mano apoyada en la palanca de cambios.: Los movimientos involuntarios de la mano mientras se conduce pueden provocar un desgaste prematuro de los componentes internos de la transmisión, como los sincronizadores. Una vez que haya cambiado de marcha, lo mejor es volver a poner inmediatamente la mano en el volante, también por razones de seguridad.
Utilice el embrague para mantener el coche parado cuesta arriba: Este comportamiento, conocido como “calado”, provoca un desgaste acelerado del embrague. La maniobra más correcta es ponerlo en punto muerto y accionar el freno de mano: cuando necesites volver a arrancar, ponlo en primera y al soltar el embrague y acelerar, desactiva el freno de mano. De esta forma saldrás sin que el vehículo dé marcha atrás.
Mantenga el embrague en primera marcha en los semáforos o durante paradas prolongadas: uno de los comportamientos que quedan grabados una vez que sales de la autoescuela. Desde el punto de vista de la seguridad para los nuevos conductores, este es un comportamiento correcto, pero desde el punto de vista de la prevención es mejor ponerlo en punto muerto una vez parado para no ejercer más presión sobre el embrague.
Insertar la espalda en movimiento.: Otro hábito común ya que ahorra tiempo durante la maniobra, pero con el tiempo toda la transmisión podría verse afectada. Durante una maniobra en la que necesites utilizar la marcha atrás, lo mejor es esperar hasta que el coche esté completamente detenido antes de poner la siguiente marcha, ya sea primera o marcha atrás.
Ignorar la velocidad del motor: Acelerar bruscamente o mantener el motor a revoluciones demasiado altas antes de cambiar de marcha puede provocar un desgaste excesivo del motor y aumentar el consumo de combustible. Es recomendable cambiar de marcha una vez alcanzadas las revoluciones óptimas (diferentes para cada vehículo) sin exagerar.
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