La cuestión es si los habitantes de Drente y también de Groninga consideran el bajo sajón lo suficientemente importante. “A menudo se nota una actitud básica algo negativa. Se preguntan: ¿es todo necesario? Y cuando los carteles con los nombres de los lugares se colocan en frisón, afortunadamente no somos tan testarudos como esos frisones. Eso no ayuda”, piensa Buurke, a quien Me alegra que en algunos lugares de Drente, como por ejemplo en Tynaarlo, también haya carteles bilingües con los nombres de los lugares.