Un testamento especifica lo que debe suceder con un activo después de la muerte del propietario. Un poder, que existe desde 2014, hace lo mismo, pero ya cuando esa persona ya no está mental y físicamente capacitada para hacerlo. Además, dicho poder va más allá del aspecto financiero.
El número de poderes ha ido en aumento en los últimos años. Hace cinco años, los notarios todavía registraban 37.011. El año pasado se sumaron 84.551, de los cuales 75.000 en Flandes. También este año nuestro país va camino de superar el número anterior de poderes.
Al igual que los representantes asistenciales, los belgas firman cada vez más testamentos. Con la excepción del año de la corona 2020, ese número ha aumentado constantemente en los últimos cinco años, hasta un total de 69.526 en 2022. A falta de la mitad de 2023, Fednot registró 38.735 testamentos el 30 de junio, más del diez por ciento más que en el mismo período del año anterior.
“Cada vez más personas quieren conservar el control de su herencia dentro de las posibilidades legales”, explica la notaria Helena Verwimp. “Si no ha redactado testamento, su herencia se dividirá de todos modos según la legislación vigente”.