Se ha iniciado una búsqueda DESESPERADA de una influencer y su amiga después de que un yate de fiesta de lujo volcara en el mar embravecido en la costa de la «Garganta del Diablo».
La policía ha confirmado que Aline Tamara Moreira, de 37 años, y Beatriz Tavares da Silva Faria, de 27, siguen desaparecidas tras el hundimiento del barco.
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Según su hermano Anderson Carlos Moreira de Amorim, Aline no sabe nadar.
Tiene un hijo de 17 años, que se encuentra en Sao Vicente siguiendo la búsqueda con sus tíos.
Según los supervivientes, el grupo estaba en una fiesta en un yate más grande y cuando decidieron marcharse, seis de ellos utilizaron una lancha rápida que luego volcó después de ir a recogerlos con solo el capitán a bordo.
En el camino de regreso, una fuerte ola hizo que el barco volcara.
Cinco personas, dos hombres y tres mujeres, fueron rescatadas y recibieron atención médica.
Presentaron heridas producto del choque con partes de la embarcación y con las rocas de la región.
El Ayuntamiento de Sao Vicente informó en un comunicado que el Servicio Móvil de Atención de Emergencias (SAMU) fue llamado para atender el incidente.
Después de la atención inicial, cuatro de los rescatados fueron llevados a la Sala Central de Emergencias, mientras que uno rechazó recibir más atención médica.
En la unidad de salud, los cuatro restantes fueron medicados y dados de alta.
Nilce Aparecida Silva, residente de Praia Grande, es prima de la desaparecida Beatriz y recurrió a Facebook para pedir oraciones para que aún puedan encontrarla con vida.
Ella dijo: “Además de prima, Bia es madrina de mi nieta. Le encantaba el mar y, cuando venía a la costa, siempre encontraba la manera de pasar por nuestra casa.
«Estamos rezando para que la encuentren con vida».
Nilce puso su casa a disposición de otros familiares de Beatriz tras la búsqueda.
Según ella, Beatriz vivía en la zona este de Sao Paulo.
La ‘Garganta del Diablo’, que es la región donde se produjo el accidente, se encuentra entre la isla Porchat y el Parque Estatal Xixova-Japui, en Sao Vicente.
Atrae a surfistas por su oleaje, pero esconde varios peligros debido a las fuertes corrientes que azotan la zona.