Un grupo de investigadores de Taxon Expeditions está peinando un prado en Spaarnwoude en busca de tantas formas de vida diferentes como sea posible. El objetivo es mapear la biodiversidad, pero también hacer que las personas sean más conscientes de qué tipo de pequeños animales e insectos existen. La investigación se lleva a cabo todos los años en algún lugar de o cerca de Amsterdam. “Trabajo importante”, según el líder de investigación Menno Schilthuizen. “Cuantas más especies se encuentran, más estable es el ecosistema”.
Según Schilthuizen, la parte minúscula de la vida animal se pasa por alto con demasiada facilidad. “El término ‘biodiversidad’ a menudo se refiere a aves, mamíferos, ranas y reptiles. Pero la mayoría de las especies se pueden encontrar entre esas pequeñas criaturas. Por ejemplo, tenemos 17 000 tipos diferentes de insectos en los Países Bajos”, dice.
“Y luego están los caracoles, gusanos, cochinillas, ciempiés. Y a menudo se olvidan. Nos gustaría mostrarle a la gente que con un poco de esfuerzo también puedes llegar a conocer a esos pequeños bichos. Si miras bajo un microscopio, Veré que es tan hermoso como esa aguja de cola negra o ese sapo de vientre de fuego”.
Ayuda de voluntarios
Hoy un grupo de unos quince voluntarios está buscando. La mayoría tiene afinidad con la naturaleza de una forma u otra. Como Piet Veel, que pesca todo tipo de pequeñas formas de vida en una zanja con una red de aterrizaje. Anotar una vez produce algo inmediatamente.
“Tengo un renacuajo aquí”, observa Piet. “Y un pequeño tritón”. Cuando se le pregunta por qué dedica su tiempo a la investigación, no tiene que pensarlo dos veces. “Con una red de aterrizaje junto a una zanja… Es como cuando tenía seis años. Siempre es una sorpresa lo que mencionas. Es genial jugar afuera”.
“Descubrir una nueva especie, ese es el sueño”
La posibilidad de que el equipo encuentre una especie no descubierta durante la investigación de varios días no se considera muy alta, pero es posible. Ocurrió hace tres años cuando se seleccionó el Vondelpark como área de investigación. “En ese momento nos encontramos con una especie de avispa que aún no tenía nombre”, recuerda bien Menno. “Algo similar podría volver a suceder esta vez”.
Si realmente se encuentra nueva vida, quedará claro en las próximas semanas cuando todas las criaturas se examinen microscópicamente. “Ese es el sueño”, reflexiona el voluntario Rob Oldenburg. “Todos soñamos con eso un poco”.