Buen partido inigualable en ‘Lagland’. Eventos actuales capturados en un marco dorado | reseña ★★★★☆

Imaginar. Vives en una comunidad rural rodeada de agua donde los turistas saben orientarse. Los residentes se sienten como en casa y viven de los beneficios del ocio.

De repente, el municipio informa a los residentes que existe un plan para operar casas flotantes como medio para combatir el cambio climático. Es una iniciativa de empresarios tecnológicos externos. El municipio, llamémoslo Lang Wetering aan de Weteringse plas, está haciendo todo lo posible para sacar adelante este plan.

El escritor Nathan Vecht tiene con su obra País bajo Eventos actuales capturados en un marco dorado. Son sorprendentes las escenas en las que De Macht intenta salirse con la suya, mientras que la base de la sociedad tiene que pagar. Asumir la responsabilidad es un tabú. La parodia de la “conversación en la mesa de la cocina” es fantástica y te hace pensar en la política holandesa y las relaciones de poder.

Mark Rietman como ingeniero de mantenimiento

El juego es incomparable y en realidad no hay ningún eslabón débil dentro de este equipo de jugadores de primer nivel. Mark Rietman interpreta a Ferry, un ingeniero de mantenimiento despedido que no se olvida fácilmente. Habla con un ligero arrastre, sus movimientos son lentos. Y se vuelve realmente peligroso cuando ataca físicamente a sus oponentes.

Frente a él está Hugo, interpretado por Joris Smit como un emprendedor inteligente que vende su plan de futuro como si de un delicioso pastel se tratara.

Eric de Vroedt, el director que ya ha realizado numerosas representaciones sobre temas sociales y políticos, destaca las contradicciones en País bajo creciente. Su dirección crea ritmo y tensión. Y el humor necesario. Aunque también hay que decir que durante dos horas te dirigirán principalmente de forma racional. Menos sobre sentimiento y compasión.

La que sí toca las emociones es Tamar van den Dop como Yvon, la esposa de Ferry. Su argumento ante un concejal para permitir que su hija discapacitada vaya a la escuela te agarra por el cuello. La impotencia se hace así muy tangible.

Diseño efectivo

Además del juego, el diseño también es muy eficaz y solidario. Lo que parece ser una sala de reuniones rápidamente se convierte en un vecindario con terrazas para casas que se construyen sobre el agua. Los trajes blancos y estériles de De Macht contrastan maravillosamente con la ropa de trabajo del “pequeño hombre/mujer”.

Un descubrimiento, para no perder completamente la esperanza, es añadir un tercer grupo a los perpetradores y a las víctimas. Esa es la juventud representada por dos jóvenes actores cantantes. La canción que cantan al final de la actuación trata sobre el sol que siempre vuelve a salir al final. Le da a la actuación un final dorado e inspirador.

Representación

Evento: actuación País bajo Por medio de: El Teatro Nacional Dirección: Eric de Vroedt Visto: 12/10, De Harmonie, Leeuwarden Audiencia: 342 Aún por ver: 19/10 De Lawei, Drachten; 1/11 SPOT/Stadsschouwburg, Groninga

★★★★☆



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