Al querer crear una joint venture valorada en más de 18.000 millones de euros, MasMovil y Orange han llamado la atención de los reguladores. De hecho, la Comisión Europea ha decidido abrir una investigación en profundidad sobre la fusión de las dos entidades en España que puede no cumplir con el marco legislativo vigente en la Unión Europea (UE) en materia de fusiones, destinado a limitar los anti- prácticas competitivas.
Orange y MasMovil unen fuerzas en España
A principios de marzo, MasMovil y Orange España iniciaron negociaciones exclusivas con el objetivo de fusionar sus actividades en la Península Ibérica. Esta fusión debería dar un empujón a la facturación de la filial española de la operadora francesa, que lleva dos años consecutivos cayendo. MasMovil solo lleva varios años creciendo, hasta el punto de convertirse en el segundo operador español en número de abonados. La compañía ya había adquirido Euskaltel, uno de sus antiguos competidores, por 2.000 millones de euros.
Reforzar la presencia de Orange en España se considera una de las prioridades del grupo. La empresa lo había mencionado en su plan estratégico para 2025 llamado “Lead The Future” y se centró en sus actividades históricas, a saber, las telecomunicaciones. Las dos firmas también quieren acercarse para mejorar su eficiencia. Como declararon en su comunicado de prensa conjunto, les gustaría ” acelerar las inversiones en fibra óptica y 5G » en toda España.
Antes de que esta fusión pueda ser efectiva, Orange España y MasMovil deberán obtener la aprobación de un actor importante: la Comisión Europea. La institución comunitaria teme que esta operación promueva una reducción de la competencia en los servicios vinculados a las redes móviles. Por ello, Bruselas ha decidido llevar a cabo su investigación.
La Comisión Europea investigará esta posible fusión
Como señaló la Comisión Europea en una declaración, la fusión entre las dos entidades reduciría automáticamente el número de operadores en el país, reduciéndolo de cuatro a tres. El regulador europeo también especifica que la fusión de estos dos gigantes españoles de las telecomunicaciones “ podría resultar en precios más altos y una menor calidad de los servicios para los consumidores “.
Por lo tanto, esta operación reduciría la elección ofrecida al público en general, aumentaría el precio de las suscripciones y limitaría la competencia que existe en el sector de las telecomunicaciones. Del mismo modo, la autoridad europea teme que esta nueva joint venture tenga la posibilidad de restringir el acceso a las redes móviles y fijas de los operadores virtuales que dependen precisamente de las infraestructuras de Orange y MasMovil.
La Comisión Europea se ha dado hasta el 21 de agosto para dar su veredicto sobre esta fusión. Hasta entonces, los dos operadores seguirán siendo dos entidades separadas y competidoras.