Salario semanal bruto medio de 468 euros frente a los 604 euros de los hombres; ingresos de pensión (vejez) de 1.321 € de media frente a 1.970 € para la población masculina. Por no hablar de la tasa de empleo: la tasa femenina se sitúa en el 55%, entre las más bajas de Europa.
Aunque las últimas generaciones han alcanzado un nivel de educación y rendimiento escolar superior al de los hombres, y pese a la presencia de una de las normativas más avanzadas de Europa, las mujeres en Italia siguen trabajando poco, ganando menos y teniendo pensiones más bajas. Por no hablar de las pocas oportunidades de carrera.
Los números actualizados de una disparidad que no conoce fondo surgieron el 29 de marzo en Roma durante el seminario titulado “Las figuras inconvenientes de Italia para las mujeres”, presentado por Tiziana Tafaro, presidenta del Consejo Nacional de Actuarios, y por Daniela Carlà, impulsora de Noi Rete Donne, que contó con la participación, entre otros, del abogado laboralista Giuliano Cazzola y Elsa Fornero. Según el exministro de Trabajo, en Italia tenemos un bienestar desequilibrado hacia la parte final del ciclo de vida: las pensiones. «Es un reflejo condicionado, cuando piensas en bienestar, piensas en pensiones porque, entre otras cosas, es la parte mucho más significativa del gasto social -dijo durante el seminario-. En realidad, el bienestar atañe a toda la vida laboral, porque durante la vida laboral se forman o disuelven familias, nacen hijos y existe la dificultad, por ejemplo, de conciliar la vida laboral con la vida familiar para las mujeres. Pero también está todo lo anterior: el bienestar, por tanto, debemos verlo ligado al concepto de toda la vida. ¿Qué culpa tiene un niño si nace en una familia que, siendo pobre, no le da la alimentación adecuada o que no le da importancia a la escuela? Así que la tarea del Estado del Bienestar es empezar a reducir las desigualdades desde el principio». Pero vamos en orden.
Empleo e ingresos
En 2021, el ingreso mensual bruto promedio de pensión de los aproximadamente 3 millones de pensionistas de vejez italianos fue de 1.321,14 euros, en comparación con los 1.970,19 euros de los aproximadamente 5 millones de pensionistas masculinos. La llamada “brecha de género” es del 32,9%: esto significa que los hombres reciben un 32,9% más que el promedio de todos los jubilados. Detrás de las cifras de pensionistas, explicaron las ponentes Liana Verzicco y Giuliana Coccia, están las del trabajo: la tasa de empleo de las mujeres de 20 a 64 años en Italia es del 55%, más de 14 puntos porcentuales menos que la media y más de 18 puntos. en comparación con las economías más avanzadas de Europa (la brecha con Alemania es de 22 puntos porcentuales). A pesar del cambio de ritmo de las generaciones más jóvenes, en Italia las mujeres continúan empleadas sobre todo en los servicios públicos, en particular la educación y la atención de la salud y, en general, en los servicios personales. Esta es una de las causas de los menores ingresos medios de las mujeres, junto con una mayor exposición a trabajos precarios. En 2021, el salario semanal bruto medio fue de 603,88 euros para los hombres y 468,12 euros para las mujeres. En comparación con el salario promedio total, los hombres ganan, por lo tanto, bruto, un 22,5% más.
Efecto niños
Un factor determinante es también la dificultad para conciliar la vida laboral y las responsabilidades familiares, lo que repercute negativamente en la carrera profesional. Para comprender el fenómeno, los ponentes del seminario Actuaries-Noi Rete Donne aportaron datos sobre madres de niños en edad preescolar. De cada 100 mujeres de entre 25 y 49 años, 73 tienen hijos pequeños y 27 de ellas no trabajan.