Brasil lanza un programa para fomentar la movilidad verde en su territorio


A principios de año, el gobierno brasileño presentó un nuevo programa nacional de movilidad verde e innovación en el sector automotriz. Incluye nuevos requisitos en términos de sostenibilidad y alentará a los actores de la industria a invertir en eficiencia energética y en la producción de tecnologías nuevas, más eficientes, pero también más limpias.

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El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que llegó al poder a principios del año pasado, busca reactivar la industria automovilística del país, gravemente afectada por la pandemia de Covid-19 y relativamente desatendida por su predecesor, Jair Bolsonaro. Para ello, se basó en incentivos fiscales, concediendo créditos fiscales a los constructores. En total, se les concedieron 350 millones de euros en 2023 en el marco del programa Rota 2030. A cambio, las empresas se comprometen a reducir el precio de venta de sus vehículos básicos.

Con este nuevo plan, que entrará en vigor el 8 de enero, Lula quiere ampliar la iniciativa incluyendo la movilidad verde. Este nuevo programa, denominado Mover, fomentará la expansión de las inversiones en autonomía de los vehículos y energía limpia y exigirá que los fabricantes utilicen un mínimo de piezas recicladas para fabricar coches nuevos. Brasil quiere alentar a los actores del sector automotriz a invertir en la descarbonización de la industria.

Para la ocasión se creará un nuevo impuesto verde. Cuanto más dinero gaste una empresa para reducir sus emisiones de CO2, menos impuestos pagará al final del año. El Estado seguirá ayudando a las empresas con créditos fiscales concedidos a los fabricantes, cuyo importe ascenderá a 650 millones de euros en 2024 y alcanzará los 760 millones de euros en cuatro años. Se asignarán más de 3.500 millones de euros en créditos a las empresas que se comprometan a invertir en movilidad verde.

Por el momento, solo se incluirán en estas medidas de incentivo fiscal las iniciativas de descarbonización vinculadas a la construcción de vehículos. Sin embargo, el gobierno brasileño planea ampliar el programa para tener en cuenta todos los aspectos de la industria del automóvil, desde el transporte de materiales, pasando por la fabricación del vehículo, hasta su uso y destrucción al final de su vida.

Finalmente, Lula presentó un proyecto de ley que también prevé incentivos fiscales a las empresas que deseen modernizar su infraestructura industrial e invertir en la adquisición de nuevas máquinas, equipos, dispositivos e instrumentos. El Congreso Nacional de Brasil, equivalente al Parlamento francés, pronto votará a favor o en contra de este marco legislativo que prevé alrededor de 630 millones de euros en créditos fiscales.



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