Por Michael Sauerbier
Dolor, fiebre, sarpullido rojo: ¡una epidemia de escarlatina es rampante en los niños! Debido a la falta de jugos medicinales, Brandeburgo autoriza la importación de medicamentos no aprobados.
A los farmacéuticos se les ha permitido vender jugos de penicilina desde el extranjero desde el miércoles. Porque: “En Alemania, ya casi no hay antibióticos”, se queja la portavoz de la cámara, Inken Jung. El farmacéutico de Potsdam: “Tenemos que despedir a los pacientes o llamar a colegas durante mucho tiempo”.
Una “solución rápida y pragmática” debería traer una orden de la ministra de Salud, Ursula Nonnemacher (Verdes). Su portavoz: “Permitimos que los farmacéuticos vendan jugos antibióticos para niños que no están aprobados en Alemania”.
“Eso apenas nos ayuda”, dice Inken Jung, “primero tengo que encontrar un fabricante y una empresa de importación, luego el departamento de salud tiene que aprobarlo. Todavía no está claro si las compañías de seguros de salud reembolsarán esto. Todo esto lleva tiempo. Ninguna madre quiere esperar tanto tiempo”.
La penicilina y la amoxicilina también faltan en Berlín desde hace meses. “La ola de escarlatina ha exacerbado la situación”, dice la presidenta farmacéutica Kerstin Kemmrich. En la capital aún no se permite la importación. Kemmrich: “Es cuestionable si esto tiene sentido con los antibióticos. La importación lleva tiempo. Para cuando llega la droga, el niño está sano o muerto.“