Bon vivant Willem Duyn vuelve a ser el centro de atención: testarudo hasta el final

El soltero Cómo estás se convirtió en un gran avance internacional para el dúo. Número 1 en cinco países, top 10 en Estados Unidos y, aun así, el premio principal. Pero los dos personajes no encajan y al final ya no pueden atravesar ninguna puerta. Después de 1974, el dúo estaba acabado. Pero Big Mouth no desaparece de escena: encuentra a la pequeña Eve, cuyo verdadero nombre es Ingrid Kup. Se casan y juntos consiguen tres éxitos más. Duyn también tuvo éxito en solitario, entre otras cosas con canciones autobiográficas. Guillermo y que hombre tan extraño.

Duyn y Kup vivieron en Roswinkel durante los últimos nueve años hasta su muerte. En realidad, en contra de lo esperado, porque ya había estado en la zona en el pasado y tenía sus reservas al respecto. “Tuvimos que tocar en De Brug en Nieuw-Weerdinge. Todavía no había autopistas. Después de un día conduciendo llegamos allí y nos dijimos: desearías poder vivir aquí. No deberías pensar en eso. ¿Deberías hacerlo?”, dijo en una entrevista con el sitio web. koppop.

Pero al final acabó siendo Roswinkel. Un lugar donde mucho era posible y donde Duyn disfrutó todo a lo grande. Desde su piscina, por ejemplo, al fondo del jardín. Lo envió desde Alemania y llamó a la mitad del vecindario para ayudar con la excavación, dice Bo en el podcast All Family. “A veces todavía hablamos de él haciendo esos movimientos locos en la piscina. Luego dejó caer su enorme cuerpo y se acabó toda el agua. Tuvimos que volver a llenarla”.

Duyn disfrutó la vida tanto como pudo y esa imagen aparece en todas partes. Con el dinero como el agua, y que fluye con la misma rapidez. “Sabía que mi padre era artista y tenía más para gastar que nadie, pero el dinero no era lo más importante. Lo sé, es muy fácil. Porque cuando miro, él ya no está. Y esa es la lo más importante”, reflexiona su hija Bo.

Duyn tampoco se quedó con su dinero, lo gastó con la misma facilidad. Bo: “Cuando murió, en realidad no quedaba nada. Se lo habían comido todo. Y tenía razón, no se lo llevará a la tumba. Hizo un buen trabajo. Vivió para alguien de 104”. Duyn ha dicho durante mucho tiempo que viviría hasta los 104 años.

El propio Duyn lo admitió en entrevistas. ¿Había tirado dinero por ahí? “Sí, claro, es lindo, ¿verdad? Simplemente lo tiré, fantástico. Vengo del club nocturno, siempre trabajando duro y ganando poco. Y de repente, trabajando poco y ganando mucho”. O, como cantó en 1983 que hombre tan extraño: “Simplemente movía mi dedo dorado día y noche”.

La dura vida pasó factura: era un paciente cardíaco y, después de su muerte, parecía no estar tomando sus medicamentos. “Encontramos cajas llenas en su cajón, así que pensó que no necesitaba esas pastillas y se vio a sí mismo como un dios joven. Por supuesto que necesitaba esas pastillas, pero no lo creía. Testarudo, testarudo”. Hasta el final, el 4 de diciembre de 2004.



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