El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, está profundamente disgustado con la decisión de un juez de la Corte Suprema de bloquear el popular servicio de mensajería Telegram en Brasil. Según él, el fallo es “inadmisible” y pone en peligro la “libertad” de los brasileños. Según Bolsonaro, incluso podría “costar vidas”.
El juez Alexandre de Moraes decidió bloquear Telegram porque la empresa se ha negado repetidamente a suspender las cuentas de algunas personas dedicadas a la distribución de noticias falsas y eliminar las publicaciones que cree que contienen información errónea.
“El juez no ha actuado sobre las dos o tres personas que cree que deberían ser bloqueadas, por lo que decidió golpear a 70 millones de personas. Lo que está en juego es nuestra libertad”, dijo Bolsonaro en una reunión con líderes de la iglesia evangélica en Rio Branco, en el estado norteño de Acre. Según el presidente, la decisión de De Moraes podría incluso “costar vidas, por la falta de opciones de contacto entre los pacientes y sus médicos”.
Elecciones
Telegram es uno de los principales canales de comunicación utilizados por el presidente ultraderechista para su campaña electoral. Aunque ha estado muy por detrás en las encuestas de su principal rival, el expresidente Lula da Silva, Bolsonaro espera ser reelegido como presidente en octubre.
Otras compañías tecnológicas como Meta, propietaria de WhatsApp, y Alphabet, propietaria de Google y Twitter, han cumplido con las órdenes judiciales en los últimos años para bloquear las cuentas que incitan al odio. Esto permitió que Telegram, del fundador y director ejecutivo ruso Pavel Durov, se convirtiera en el canal elegido para las teorías de la conspiración, la información falsa y los insultos de los partidarios de Bolsonaro.
Desacuerdo con juez por mucho tiempo
La decisión de De Moraes es otro choque en el largo desacuerdo entre el juez y Bolsonaro. De Moraes lidera varias investigaciones sobre Bolsonaro, sus hijos y algunos de sus seguidores por difundir noticias falsas o información clasificada.
La injerencia del juez irrita a Bolsonaro desde hace tiempo. El año pasado, el 7 de septiembre, Día de la Independencia de Brasil, esto condujo a un duro ataque sin precedentes por parte del presidente a De Moraes. “Deja de ser un villano, Alexandre de Moraes. Renunciar. Ya no respetaré la decisión de este juez”, dijo Bolsonaro en ese momento, entre otras cosas.
Después de que surgió una gran conmoción política y su afirmación de dejar de seguir las decisiones judiciales podría conducir a un proceso de juicio político, Bolsonaro cedió. Más o menos se retractó de sus palabras en una declaración de diez puntos coescrita con el expresidente Michel Temer: “He hablado en el fragor del momento”.
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