Cara a cara con el seleccionador: “Qué bonito era Marruecos: no solo tornillos, y qué buen Ounahi. En Qatar lo hacían mejor los pequeños”
El lujoso Fairmont Doha, sede de la Fifa, es una espectacular herradura de cara al cielo y con vistas al mar. En estos días mundiales, se trata de un paquete de cromos repleto de futbolistas y entrenadores de todas las épocas. Arrigo Sacchi, el entrenador que reinventó el juego, ha llegado para disfrutar de las semifinales y la final. El ataúd dorado que acogerá el último acto, entre Argentina y Francia, entre Leo Messi y Kylian Mbappè, el estadio de Lusail, está a unas decenas de metros de la herradura.