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Boeing anunció una congelación de contrataciones y recortes en las compras a algunos proveedores, y les dijo a los trabajadores que podrían seguir suspensiones temporales como medida para conservar efectivo de cara a un cuarto día de huelga.
La acción de 33.000 miembros del sindicato que salieron a la línea de piquetes la semana pasada para exigir mejores salarios y condiciones de trabajo “pone en peligro nuestra recuperación de manera significativa y debemos tomar las medidas necesarias para preservar el efectivo”, dijo el lunes el director financiero Brian West a los empleados.
El fabricante de aviones ha tenido problemas en los últimos años, en parte debido a sus propios errores, como reconoció la semana pasada el nuevo director ejecutivo Kelly Ortberg. Una huelga prolongada interferiría con las entregas de Boeing a los clientes, amenazando su flujo de caja y poniendo en duda su calificación crediticia de grado de inversión.
La compañía dijo que suspendería la mayoría de las compras a los proveedores de sus aviones 737 Max, 767 y 777, todos ellos construidos en las fábricas de Washington donde los trabajadores están en huelga. Esto supone un golpe a una cadena de suministro aeroespacial ya frágil, con el potencial de repercutir en Airbus, el rival de Boeing, porque las empresas suelen abastecer a ambos fabricantes.
Boeing también está pausando las contrataciones, los viajes no esenciales y los gastos de capital, dijo West, y “está considerando la difícil medida de las licencias temporales para muchos empleados, gerentes y ejecutivos en las próximas semanas”.
La huelga comenzó temprano el viernes después de que los miembros de la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales del Distrito 751 votaron el 96 por ciento para rechazar un acuerdo tentativo negociado por el equipo de negociación del sindicato.
El acuerdo incluía un aumento salarial del 25 por ciento en cuatro años, mejores prestaciones de jubilación y atención médica y una mayor participación en la calidad y la seguridad. Boeing también acordó construir el próximo avión comercial en Washington si se lanza durante el plazo de cuatro años del contrato, una disposición fundamental para la seguridad laboral.
Pero el acuerdo propuesto eliminó el bono anual y no cumplió con la demanda original del sindicato de un aumento salarial del 40 por ciento. Los salarios de los miembros del sindicato aumentaron un 4 por ciento en los últimos ocho años, incluso cuando la inflación alcanzó su nivel más alto en décadas.
Muchos maquinistas también siguen enojados por una negociación de 2014 que acabó con sus pensiones de beneficios definidos después de que la compañía había dicho que trasladaría el trabajo de Washington a su planta no sindicalizada en Carolina del Sur.
Matthew Goetz, un maquinista jubilado que participaba en un piquete en Renton, Washington, llevaba un cartel de la huelga de maquinistas de 1989, en el que se enumeraban otras cinco huelgas en las que había participado. Goetz dijo que cualquier acuerdo debe incluir mejoras salariales y de beneficios, dado el creciente coste de la vida.
Agregó que durante sus 40 años en Boeing, había visto cómo el respeto de la compañía por su fuerza laboral subía y bajaba, «pero en general, eres una mercancía». Al mismo tiempo, señaló, el paquete salarial más reciente del ex director ejecutivo Dave Calhoun ascendió a casi 33 millones de dólares.
“Fracasó como director ejecutivo”, dijo Goetz. “Llevó a esta empresa al borde del abismo, consiguió aumentos salariales y millones de dólares en bonificaciones. Así que no me diga, señor Boeing, que no hay dinero para repartir, porque obviamente lo hay”.
El sindicato dijo durante el fin de semana que estaba encuestando a sus miembros para identificar sus principales prioridades para continuar con las negociaciones. El martes se reunirá con mediadores federales y funcionarios de Boeing para reanudar las conversaciones.