Blockchain, NFT, Metaverse… LVMH conquistando Internet 3.0


“Aura”, el consorcio iniciado por LVMH y que reúne a Prada, Cartier y OTB Group, sigue poniendo sus peones en la “Web3”. Esta solución de autenticación de productos blockchain anunció a finales del mes pasado que integraba la solución desarrollada por la empresa de diamantes Sarine Technologies. La meta ? Garantizar la autenticidad y el respeto a los principios éticos en el diseño de sus diamantes, a través de su trazabilidad a lo largo de la cadena de suministro.

Porque LVMH y sus principales competidores decidieron, en abril de 2021, unir fuerzas para sacar el máximo partido a las tecnologías Blockchain. Desde entonces, Aura Consortium Blockchain ha creado una identidad digital para casi diez millones de productos de lujo, principalmente Ficha no fungible (NFT). Pero, ¿cómo explicar las razones de este giro hacia Internet 3.0 del líder mundial del lujo? ¿Por qué el grupo de Bernard Arnault, mejor conocido por sus champañas y artículos de cuero de alta gama, está tan interesado en Blockchain y NFT?

Ofrecer a los clientes nuevas garantías de calidad y nuevas experiencias

LVMH y sus socios primero desean beneficiarse de las garantías comerciales proporcionadas por las tecnologías Blockchain. En un sector plagado de falsificaciones, Blockchain permite a las marcas aumentar su credibilidad al certificar la autenticidad de sus productos. Por ejemplo, Prada ha decidido listar todos sus productos en la plataforma Aura equipándolos con tecnologías NFC y de identificación por radio (RFID).

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La cadena de bloques también sirve al mercado de reventa de artículos de lujo, cuyas marcas ahora tienen una lógica virtuosa completamente integrada, al permitir que los clientes accedan a una base de datos que enumera toda la información relacionada con el mantenimiento de los objetos que adquieren. Esta es, en particular, la elección realizada por Cartier en lo que respecta a sus relojes y joyas.

Además, las marcas que invierten en Aura pretenden atraer nuevos públicos sensibles a las tecnologías “3.0”, jóvenes y conectados. Es una herramienta capaz de “generar nuevos ingresos a través del efecto atractivo”, explicó recientemente el CEO del grupo italiano OTB, propietario de las marcas Diesel, Maison Margiela y Marni. Aura, por ejemplo, ha desarrollado una solución que permite a las marcas ofrecer a sus clientes obsequios en forma de NFT, que son reproducciones perfectas, en formato digital, de los productos físicos”dijo Daniela Ott, secretaria general del consorcio, el mes pasado.

Por último, pero no menos importante, los gigantes del lujo parecen apostar, no sin riesgo, por invertir masivamente en un sector en rápida industrialización. el ser objetivo por último para disfrutar de una ventaja competitiva cuando en el futuro, el Blockchain habrá alcanzado la madurez en el mundo empresarial.

El Metaverso del lujo, entre promesas e incertidumbres

En su estrategia “Web3”, LVMH también está explorando las posibilidades que ofrece el Metaverso. Y eso, “con mucho cuidado”, declaró recientemente el director financiero del grupo francés, Jean-Jacques Guiony.

A través de la inversión en el Metaverso, se trata sobre todo de que las marcas mejoren su narración sumergiendo a los clientes en una experiencia virtual capaz de fidelizarlos. Según varias fuentes, LVMH trabajaría en particular en recorridos virtuales de sus talleres de marroquinería, así como en desfiles de moda digitales durante los cuales será posible adquirir NFT en vista previa. El grupo francés también prevé incorporar rápidamente, dentro de él, a un «gestor de NFT y Metaverso», encomendó el mes pasado su director de servicios de información a la revista Forbes, Franck Le Moal.

Por el momento, sin embargo, los gigantes del lujo están invirtiendo en el Metaverso con moderación, ansiosos tanto por explorar pacientemente un mundo con contornos vagos, como por protegerse de los desastres financieros vinculados al estallido de una posible burbuja especulativa. Sin negar las oportunidades que ofrece el Metaverso, el jefe de LVMH, Bernard Arnault, no dejó de subrayar los riesgos, recordando el estallido de la burbuja de Internet a principios del año 2000. Y para subrayar que hasta la fecha, LVMH está por encima todo muy presente… “en el mundo real”.



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