Bienestar, promesas hechas por casi 25 mil millones a 8 millones de votantes


La campaña electoral aún no ha cobrado vida. Pero desde hace algún tiempo los partidos miran a las audiencias individuales de votantes, considerando también su situación de ingresos y empleo, para afinar las estrategias a implementar con el objetivo de captar consensos. Y aunque nadie habla de ello abiertamente, con la paulatina aproximación de la fecha límite del 25 de septiembre, cuando los italianos serán llamados a las urnas, se está materializando una especie de hipoteca en formato de Bienestar sobre el resultado de la votación. También porque más o menos todas las fuerzas políticas están tratando de ocupar el mayor espacio posible dentro de una especie de triángulo de seguridad social consistente en un alto a la ley Fornero con el camino asfaltado en la Cuota 41, en el que la Liga está apostando con fuerza, desde el refuerzo de los cheques de pensión hasta el techo de mil euros para los pensionistas más pobres, que es uno de los caballos de batalla de Silvio Berlusconi, y de la defensa de la renta de ciudadanía por parte del M5S y el Partido Demócrata, que sin embargo propone mejoras, pero no de Iv y Acción.

Y el interés de la política por este “triángulo” no debe sorprender, porque en este caso el pool de referencia fluctúa en torno a los 8 millones de votantes. Pero también tiene una contraindicación, que se mantiene cuidadosamente oculta: la carga sustancial del gasto público, que sería nada menos que 25 mil millones ya en el primer año para dar a todos la oportunidad de jubilarse con 41 años de aportes sin importar la edad personal. datos, beneficiarse de tratamientos de seguridad social de al menos mil euros y, al mismo tiempo, mantener la renta de la ciudadanía en la configuración actual.

pico salado

Una factura bastante elevada, la de pagar la campaña electoral de Bienestar, que podría convertirse en un nuevo lastre para las finanzas públicas, que ya sufren los efectos de la crisis energética y el conflicto ruso-ucraniano y siempre con el pie en la tierra. de nuestra pesada deuda pública. Y que, entre otras cosas, estaría destinado a sumarse al repunte esperado, principalmente por la fiebre inflacionaria, del 7% del gasto en pensiones (unos 24.000 millones), claramente señalado para 2023 en las últimas previsiones de las finanzas públicas.

Pensiones, cuánto cuestan las promesas

Pero, incluso a pesar de la dura realidad de las cifras, los partidos parecen haber trazado ya su rumbo. Según las estimaciones oficiales elaboradas por el INPS, la Cuota 41 prometida por la Liga, y que también complace a los sindicatos, para superar la ley Fornero el próximo año y facilitar la jubilación de miles de trabajadores costaría más de 4 mil millones en el primer año de implementación para luego alcanzar un pico de casi 10 mil millones con el tiempo. De proporciones aún mayores sería la intervención preconizada por Forza Italia para llevar las pensiones más bajas a mil euros al mes. El último informe anual del INPS muestra que a finales de 2021 había 16 millones de pensionados para un gasto bruto total de casi 312 mil millones. De ellos, aproximadamente 5,12 millones (32%) percibían menos de mil euros al mes. Y esta audiencia ascendería aún más hasta los 6,4 millones de sujetos (el 40% del total) si no tuviéramos en cuenta también las incorporaciones mínimas y las prestaciones sociales.

Elevar todas estas pensiones, según la modulación y los criterios identificados, desde un mínimo de 8-10 mil millones hasta un máximo de 18-20 mil millones, según al menos algunas estimaciones no oficiales circuladas en ocasiones anteriores en las que se planteó esta operación. El centro-derecha (pero no solo) parecería dispuesto a recuperar una parte de los recursos necesarios de una reducción significativa de los ingresos de la ciudadanía. Lo cual, sin embargo, es intocable para el M5S y las fuerzas políticas más a la izquierda, y solo puede ser mejorado por el Partido Demócrata, que para la post-Cuota 102 busca una flexibilidad jubilatoria sostenible. Sin embargo, Iv y Action no están de acuerdo y proponen una revisión amplia.



ttn-es-11