Estoy durmiendo bien, mi marido me acaricia la mejilla. “¿Qué pasa?”, pregunto “¿Estoy roncando?”.
“No, estabas durmiendo muy bien”, responde. Ya no, pero sigue siendo dulce.
Un momento después me acuesto escuchando sus ronquidos. ¿Le acaricio la mejilla?
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Una versión de este artículo también apareció en el periódico del 13 de diciembre de 2022.