Incluso antes de que Joe Biden comenzara su conferencia de prensa de alto voltaje, cometió un error que dejó sin aliento a los demócratas. En un breve discurso en la cumbre de la OTAN en Washington, Biden presentó el jueves por la tarde al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky como “presidente Putin”. Se corrigió rápidamente, pero la atención prestada al desliz muestra cómo cada error de Biden (81) se interpreta como un signo de su decadencia y de su incapacidad para enfrentarse nuevamente a Donald Trump (78). Más tarde esa noche, confundió a Trump con su propia vicepresidenta, Kamala Harris.
Aún así, Biden y sus partidarios políticos recordarán la conferencia de prensa con alivio y confianza. Durante casi una hora, Biden, al margen de la alianza atlántica que se ha ampliado bajo su presidencia, pudo demostrar que su vejez aporta conocimientos y experiencias que le ayudan como presidente y como candidato. Sí, es un anciano con el pie izquierdo cojo, tos persistente y voz quebradiza. Pero también es un político rutinario que sabe atraer a un público con humor y puños cerrados teatralmente y que puede presumir de prestigio internacional. Los demócratas que esperaban que retirara su candidatura para otro mandato de cuatro años vieron disminuir las probabilidades de que eso ocurriera pronto. “Sé que soy el más calificado para gobernar y creo que soy el mejor para ganar”, dijo Biden.
La conferencia de prensa fue la aparición pública más importante de Biden desde su desastroso debate presidencial hace dos semanas. Frente a Trump, Biden tartamudeó de manera incoherente a través de posiciones ensayadas. El enfrentamiento de CNN expuso el declive físico y mental del presidente de 81 años y desató un pánico en el Partido Demócrata que aún no ha amainado. Los votantes y partidarios temen que Biden no pueda llevar a cabo una agotadora campaña de cuatro meses contra Trump. Temen perder la presidencia, el Senado y la Cámara de Representantes ante los republicanos. Los miembros del partido que creen en la victoria de Biden también se preguntan si podrá ser presidente de Estados Unidos por otros cuatro años.
Quince miembros del Congreso
Los llamados de políticos, donantes y formadores de opinión para que abandonen su candidatura y den paso a un candidato más joven han hecho que Biden esté especialmente enojado y combativo. Al dirigirse a salas de demócratas, llamar a donantes y conceder entrevistas, intenta demostrar que el debate fue un incidente. Pero hasta ahora sus reuniones públicas han sido para audiencias amigables y la campaña ha hecho preguntas a los entrevistadores. La conferencia de prensa del jueves fue la empresa más crítica a la que Biden se ha expuesto recientemente. Y no podía leer en su teleprompter, que utiliza para sus discursos.
La crisis que estalló en el Partido Demócrata inmediatamente después del debate no se ha resuelto, pero sí ha sido contenida en los últimos días. La carta pública que Biden envió el lunes a sus compañeros de partido ha mantenido las críticas en gran medida en secreto esta semana. Biden calificó cualquier intento de impeachment contra él como un insulto a los millones de votantes que le permitieron ganar las primarias demócratas “de forma clara y concluyente”, escribió. “Cualquier fallo en nuestra determinación o falta de preparación respecto de la tarea que tenemos por delante sólo beneficia a Trump y nos perjudica a nosotros”.
En total quince de los 264 demócratas en el Congreso han pedido públicamente a Biden que abandone su campaña. Nadie ha levantado la mano para reemplazar a Biden como candidato, lo que aún podría hacerse en una conferencia del partido en agosto.
De hecho, cada vez más demócratas importantes han apoyado al presidente, aunque a veces con poco entusiasmo. El ex presidente Barack Obama ha expresado su apoyo a su ex vicepresidente, pero se dice que expresó sus preocupaciones entre bastidores y participó en un artículo de opinión del actor y director George Clooney contra la candidatura de Biden.
La ex presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, preguntó en entrevistas si el debate de Biden es “un incidente o una situación” y dijo que Biden debe tomar una decisión rápida sobre si todavía quiere postularse para el cargo. Mientras que Biden no deja dudas al respecto. Sigue “absolutamente convencido” de que es “la mejor persona que puede vencer a Donald Trump en 2024”, escribió a los miembros del Congreso el lunes. Aunque se mostró lacónico sobre la posible pérdida del hombre que califica de malvado, de dictador y del fin de la democracia. “Mientras lo di todo y di lo mejor de mí, eso es lo que importa”. Como si no hubiera nada más en juego para un criminal convicto al que la Corte Suprema acaba de conceder amplia inmunidad.
Encuestas contradictorias
La intransigencia preliminar de Biden está paralizando ahora a su partido. Todo el mundo espera otra actuación dramática que le obligue a aceptar las consecuencias o salir adelante hasta noviembre. Una gran parte del partido teme que Joe Biden pierda las elecciones, pero se siente incapaz de convencerle de que dimita. Otros temen que el caos resultante y la batalla por la sucesión de Biden sean más dañinos que dejarlo continuar. Sobre todo porque no tiene un sucesor convincente que una al partido.
Las encuestas también muestran señales contradictorias. En muchas encuestas de opinión, Biden es incluso menos popular que antes del debate y los votantes ven a Trump como más competente. Pero otros estudios muestran poco o ningún cambio, porque la edad de Biden ya desanimó a los votantes antes del debate y el efecto indirecto para Trump es limitado. A la vicepresidenta Kamala Harris ahora le iría poco o nada mejor que Biden, según muestran las encuestas.
En su rueda de prensa, Biden la elogió diciendo que estaba “lista para la presidencia” y se burló de las encuestas. “La campaña apenas ha comenzado”, dijo Biden. Sin embargo, mantuvo la puerta abierta a un posible final de su campaña. Se retiraría si quedara claro que realmente no puede vencer a Trump. “Nadie dice eso. Ninguna encuesta dice eso”.
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