El presidente estadounidense, Joe Biden, se ha ido hartando poco a poco del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Ya es hora de “venir a Jesús”, afirmó el presidente, una conversación directa y confrontativa que debería conducir a soluciones en la guerra que se libra entre Hamás e Israel desde octubre. Así se lo dijo a un senador el jueves por la tarde después de su Estado de la Unión. Pero Biden no sabía que los micrófonos seguían encendidos.
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