Berry van Peer de Sprundel impresiona en el Mundial de Dardos en Londres. Estará en tercera ronda el viernes. Especial, porque hace menos de seis años los nervios le jugaban una mala pasada a Van Peer. Sufría una ‘darteritis’ que le impedía lanzar. Imágenes de esto recorrieron todo el mundo. “He cambiado mucho, tanto en mis lanzamientos como en mi mentalidad”.
Estuvo un rato en casa en Navidad. Pero Berry no esperaba de antemano tener que volver a subir a un avión después de Navidad de camino a Londres. Allí se reanudará el Mundial de Dardos después de las vacaciones.
El pasado domingo derrotó en el máximo escenario a Josh Rock, ex campeón mundial juvenil y outsider del título. El partido de ida del partido fue para Rock, pero Van Peer no se molestó. Al final ganó el juego.
Muy diferente a hace unos años, cuando se presionaba demasiado. Causó darteritis en el Grand Slam de 2017, una condición en la que los jugadores de dardos no pueden o solo tienen dificultades para lanzar sus flechas.
Años de proceso
“Deshacerse del hábito de los dardos ha sido un proceso que ha durado años”, afirma Van Peer en el programa Brabant Today. “He visitado mucho al fisioterapeuta y he cambiado mi tiro, entre otras cosas. Pero al final tiene que hacer clic en tu cabeza”, dice sobre la enfermedad, que tiene una causa mental.
“Ganar te da confianza y la confianza mejora las cosas. Es un proceso largo, pero al final las cosas saldrán bien”.
Ahora que ha superado sus problemas, también es un ejemplo para los demás. “Recibo muchas respuestas de personas que sufren de darteritis. Me dicen: ‘Ya no tenía ganas de jugar a los dardos, pero ahora que te veo brillar en el Mundial, también quiero volver a lanzar. Yo’ “Estoy feliz de poder ayudar a otros a motivarlos. Es una razón adicional para mí para llegar aún más lejos en este torneo. Me da una gran sensación”.
El viernes, Van Peer se enfrentará al australiano Demon Heta, número 10 del mundo, en la tercera ronda del Mundial. Si gana, se enfrentará a Michaël van Gerwen más adelante en el torneo. “Ese otro Brabander”, lo llama Van Peer.