Un partido que comenzó el martes y finalizó hoy en el que el romano tuvo la oportunidad de crecer y acabar 3-1 sobre los turineses. Matteo vuelve a la 2ª ronda después de dos años
Y al tercer día resucitó Berrettini. Matteo Berrettini conquista el derbi italiano con Lorenzo Sonego sobre el césped de Wimbledon por 3-1 y por fin vuelve a sonreír en el Grand Slam que le vio en la final hace dos años y que en 2022 no pudo disputar por culpa del Covid. Una batalla en tres días, entre los dos amigos de toda la vida. El destino les había enfrentado hace unas semanas, con motivo del regreso de Berrettini al campo. Un derbi con su amigo Sonego rozando lo trágico, con apenas 3 partidos ganados y dejando el campo entre lágrimas. Pero el destino sintió que había ido demasiado lejos y los enfrentó nuevamente en la primera ronda de Wimbledon. Un derbi por episodios, de miércoles a jueves, y que le echó una mano a un romano que aún no estaba en forma de Grand Slam pero aún así fue capaz de remontar la primera vuelta del torneo en el que hizo historia con la final hace dos años. Matteo necesitaba volver. Necesitaba, se había dicho él mismo, volver a experimentar las emociones del campamento: la adrenalina, el miedo, los gritos de la gente. También por eso, a pesar de las dificultades de los últimos meses, tras las lesiones abdominales que le han parado en los últimos años, obligándole a hacer una carrera a trancas y apuros, ha querido intentar jugarla. Incluso con una “espada clavada en el estómago” como le dijo ayer a Vincenzo Santopadre durante el tercer set.
TRES APUESTAS
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Un partido que empezó el martes y acabó el jueves, cosa que en 250cc ya estaría en semifinales, un bonito reto en el que ambos lo dieron todo mostrando sus habilidades. El martillo del romano necesitaba pulirse y al final, pieza a pieza, volvió a brillar, si no deslumbrante (17 as), al menos bastante parecido al de antaño. La primera jornada cerró con 1-0 para Sonny, la segunda con 2-1 para Matteo, y la tercera jornada fue la buena. Si había alguien a quien Sonego hubiera cedido voluntariamente, tal vez fuera el amigo de toda la vida, en dificultades. Un pequeño consuelo para Lorenzo, un renacimiento para Matteo. Amigos para siempre.