Una era había terminado -como informó la prensa extranjera sobre la salida de Silvio Berlusconi del Parlamento- pero otra podría comenzar. Mismo protagonista, con casi 86 años, y mismo escenario: aquel Senado “padrastro” que el 27 de noviembre de 2013 decidió la caducidad del Cavaliere como parlamentario, con 9 votos. Efecto de la ley Severino que impone la paralización de cualquier cargo electivo tras condenas especialmente graves.
La condena por fraude fiscal
El decisivo, para el ex presidente del Gobierno, fueron los 4 años infligidos por fraude fiscal en el juicio por la compraventa de derechos de Mediaset. “Es un día de luto para la democracia”, tronó entonces el Caballero. Nueve años después, el luto parece haber terminado. Y ahora el decano de la política italiana cede a la presión de “muchos, incluso fuera de Forza Italia” -revela- y anuncia que se volverá a postular a Palazzo Madama.
Fuera del Senado
En resumen, cumple la promesa que hizo a su “pueblo” reunido frente al Palacio Grazioli esa tarde: “No nos retiraremos a ningún convento, estamos aquí, nos quedamos aquí”, dijo. La vergüenza sufrida en el salón del Senado es demasiado pesada. Para pronunciar el veredicto, después de la votación, el entonces presidente Pietro Grasso. Desde la izquierda se hizo un respetuoso silencio, llegó un tímido aplauso del 5 Estrellas. Pero el asiento del ya no senador ya estaba vacío. La tensión estalló afuera de los Palacios, entre quienes brindaron pidiendo cárcel y quienes encendieron velas vestidos de negro.
El recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos
Berlusconi no se resignó y acudió al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En su recurso señaló con el dedo a Italia, culpable de haber vulnerado de diversas formas su derecho a las garantías judiciales, a no ser juzgado por un delito que había sido impugnado en otros dos procesos y denunciando la aplicación retroactiva de la ley. En 2018 el caso fue sobreseído. Para la Corte, no había condiciones para continuar el proceso, escribió, ya que ya no existían “circunstancias especiales relativas al respeto de los derechos humanos”. Poco antes, Berlusconi había comunicado a los jueces de Estrasburgo que no quería seguir adelante con el recurso, solicitando su anulación. Mientras tanto, su indecisión había fallado y el líder azul se dio por vencido, convencido de que no había “una compensación adecuada” por la pérdida. Aparte de una nueva elección, que espera nueve años después.