El hombre del partido del Cagliari también fue decisivo en el Bolonia. Está teniendo protagonismo en marzo y próximamente se anunciará la renovación
Él lo empezó todo y, tras treinta segundos de puro espectáculo colectivo, puso el autógrafo en el acto final. La del Cagliari fue una victoria que el Milán se llevó con fuerza a casa en nombre de Bennacer. No estaba Tonali, confinado en el banquillo por la gripe, pero sí “Isma”, el nombre que Pioli repite varias veces durante los partidos. Lo golpea sin descanso, y no porque el argelino necesite ser estimulado continuamente. Sino porque gravita en los terrenos donde la mayoría de las veces se deciden los destinos de los partidos. En Cerdeña, Bennacer fue el perfecto ejemplo de centrocampista: robaba el balón a sus rivales y en el desarrollo -magnífico- de la acción metía el balón en la red.
Tonali e Ibra… juntos
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Evidentemente no siempre funciona así, y esos treinta segundos de la Unipol Domus acabarán justo en la galería de las hazañas de temporada del AC Milan. Pero hay que decir que Ismael lleva ya varios partidos garantizando un alto rendimiento. Floreció tras una primera parte de la temporada regular, entró a pleno rendimiento en el momento de máxima actualidad del campeonato. Ayer Bennacer hizo el Tonali y el Ibra a la vez, cortó, cosió, bordó y marcó. Era un todo terreno y no podría haber habido un mejor momento y contexto para santificar una renovación de contrato que está sobre nosotros. Ya está el acuerdo (pasar de 1,5 millones de temporada a 3 plus bonus), el horizonte temporal también (2026), prácticamente solo falta el anuncio, que no debería ser demasiado tarde a estas alturas.
Los que no esperas
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Isma es considerado por el club como uno de los pilares sobre los que construir todo lo demás, junto a Hernández, Leao y Tonali. Y es de los que mete pocos goles, pero los hace pesados. El otro, este año, es el del Bologna, cuando a pocos minutos del noventa se desquició un juego de tontos, en el momento más complicado, llevando al Diablo al 3-2. “Mi bombardero”, lo celebró Giroud en las redes sociales. Olivier e Ismael habían jugado juntos en el Arsenal solo una vez, hace siete años, en un desastroso 0-3 ante el Sheffield en la Copa de la Liga. Ayer el francés metió en el bolsillo al argelino en otro de los goles “raros” a los que se ha acostumbrado el Milan. Extraños simplemente porque vienen de alguien que no esperas. Como la de Kalulu con Empoli, de Calabria en Bérgamo, de Maldini en La Spezia. Es la gran fuerza del Milan de Pioli, que siempre encuentra un protagonista diferente. En el caso de Bennacer, sin embargo, el nivel ha sido alto durante un tiempo.
21 de marzo – 08:43
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