Bélgica mantiene abiertas las centrales nucleares por más tiempo, en parte debido a la guerra Ucrania

“La guerra está cambiando la forma en que vemos la energía de una manera muy radical”, dijo el primer ministro Alexander De Croo. Bélgica debe deshacerse de su ‘dolorosa dependencia’ de los combustibles fósiles del extranjero. Esto es en parte para reducir la altísima factura de energía y “para darle a Rusia menos recursos para financiar esa terrible guerra”.

Bélgica discutió durante mucho tiempo sobre el cierre de los reactores en Doel y Tihange, no lejos de la frontera holandesa. La actual coalición de gobierno decidió continuar con el ‘viaje nuclear’, que había planeado años atrás, la joya de la corona de la Verde Flamenca y la Valona Ecolo, y desplegar temporalmente centrales eléctricas adicionales a gas. Pero socio de coalición tras socio de coalición y aliado tras cómplice cambió de opinión. Los partidos verdes también cedieron.

Los partidos de gobierno ahora han acordado que intentarán extender la vida útil de Doel 4 y Tihange 3, los más jóvenes del país, hasta 2035, dice el ministro de energía Tinne Van der Straeten (Groen). A cambio, los Verdes han negociado que Bélgica invertirá 1.000 millones de euros extra en la transición a las energías renovables. Esto le daría “una aceleración sin precedentes”. De todos modos, se construirán centrales eléctricas de reemplazo a gas, para garantizar que Bélgica nunca se quede sin electricidad o que el precio vuelva a dispararse.

Todavía no es seguro que las centrales eléctricas permanezcan abiertas. El gobierno aún tiene que negociar con el gerente Engie, quien dice que es demasiado tarde para eso. Pero según los expertos, es una cuestión de dinero.

El adiós a la energía nuclear está encontrando una creciente resistencia en toda Europa. Holanda y Francia, entre otros, quieren construir nuevas centrales nucleares. Alemania es uno de los pocos países restantes que parece resistir.



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