Bélgica abrirá el martes un jardín conmemorativo en el lugar donde el infame asesino en serie Marc Dutroux mantuvo cautivas a sus jóvenes víctimas. El año pasado, las autoridades de Charleroi demolieron la «casa de los horrores» en la que Dutroux torturó y violó a niños en un calabozo insonorizado.
Los padres de dos de sus víctimas, Julie Lejeune y Melissa Russo, estarán presentes para inaugurar formalmente el jardín lleno de árboles. El jardín está decorado con un mural de un niño observando una cometa elevarse al cielo.
Dutroux, que ahora tiene 66 años, fue condenado a cadena perpetua en 2004, entre otras cosas, por asesinato, secuestro y violación en 1995 y 1996. Sus víctimas fueron niñas y mujeres jóvenes.
El modesto edificio de ladrillo rojo en el suburbio de Marcinelle en Charleroi se hizo famoso cuando, en agosto de 1996, Dutroux llevó a la policía hasta dos adolescentes secuestradas, de catorce y doce años, acurrucadas en el sótano. Ese sótano se ha conservado porque aún puede ser útil en futuras investigaciones.
No mucho después se supo que Dutroux también había mantenido cautivas a Julie y Melissa, de ocho años. Sus cuerpos fueron enterrados en un lugar del pueblo de Sars-la-Buissière. Una autopsia reveló que habían muerto de hambre. La casa donde estaban atrapadas Julie y Melissa también fue demolida este año.
Dutroux pidió libertad condicional
La conmoción pública se convirtió en ira cuando se supo no sólo que la policía había pasado por alto una serie de pistas, sino también que Dutroux había sido liberado de prisión en 1992 después de cumplir sólo tres años de una sentencia de 13 años por el secuestro y violación de cinco niñas.
Dutroux solicitó la libertad condicional en 2020, pero esa solicitud fue denegada cuando un informe psiquiátrico concluyó que seguía siendo peligroso. Su ex esposa Michelle Martin, quien fue encontrada cómplice, y otro cómplice ya han salido de prisión.