Oferta al alza de Cataluña: 6,5 millones de contrato por temporada para el marfileño del Milan, cerca de decir que sí. El holandés del Inter sufre la precaria situación
Stefan De Vrij y Franck Kessie: los protagonistas de los derbis de las últimas cuatro temporadas aparecen en los créditos finales. El defensa holandés del Inter y el centrocampista marfileño del Milan llevan meses en la encrucijada y (por distintos motivos) sus respectivas negociaciones para la renovación han llegado a un punto muerto. Pero si hay un extraño silencio en torno a los nerazzurri, en cambio, se suceden los rumores sobre los contactos de los rossoneri: en particular los relativos al Barcelona. Los medios de comunicación catalanes dedican mucha atención al presidente desde mediados de enero, apenas cuatro meses después de la finalización del contrato con la empresa de via Aldo Rossi.
Las figuras
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Los últimos borradores hacen referencia a un incremento del club blaugrana hasta los 6,5 millones de euros netos, tras una primera propuesta de 5,8 millones de euros. Y es un umbral acorde con las expectativas del jugador y su representante George Atangana. Es cierto que en los últimos meses las ofertas de Paolo Maldini y Ricky Massara reflejaron a grandes rasgos estos valores económicos. Pero es igualmente evidente, a estas alturas, cuánto han pesado los malentendidos diplomáticos. Para ser claros: Kessie ya esperaba el reconocimiento en campeonatos anteriores, incluso cuando estuvo a punto de ser vendido a Mónaco. Obviamente, el Milan tenía otras preocupaciones en ese momento (Donnarumma y Calhanoglu) y el paso del tiempo ciertamente no ayudó a las partes a despejar el campo de malentendidos. Agreguemos la fascinación del desafío técnico: el de labrar un espacio en el Panteón del tiqui taca. Xavi y los nuevos directivos de Laporta apuntan a una renovación (con mucha reorganización) y en la medular de la próxima temporada pretenden meter un pistón que responda precisamente al identikit de Kessie. Todo apunta, por tanto, a que las próximas semanas serán decisivas para entender si realmente el nuevo hogar del imperturbable Franck será Cataluña. Stefano Pioli sigue defendiéndolo y confía en su profesionalidad.
Aficionados divididos
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Al mismo tiempo, sin embargo, el mundo rossoneri fue mucho menos comprensivo, también gracias a algunas de sus actuaciones muy por debajo del estándar habitual. Digamos que el público estaba dividido, dado que también aparecieron pancartas muy polémicas en las esquinas. Y en este emocionante final de temporada, el estado de ánimo de los aficionados puede cobrar cierta importancia. Solo para dar un ejemplo, la gente del AC Milan parece mucho más indulgente con Alessio Romagnoli, quien también tiene un contrato completo. En este caso, sin embargo, el frenazo está claramente ligado a la elección de los dirigentes rossoneri de proponer al excapitán una renovación netamente inferior: de 6 millones netos a 2,8 más de premios. Mientras tanto, el lateral zurdo de Anzio ha evitado cualquier tipo de salida sobre el tema-renovación, dando a entender que está atento a la posibilidad de ampliar el vínculo con su actual club. Signos de fidelidad que permiten a todos vivir esta fase delicada sin condicionamientos particulares.
La conversión
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Volviendo a la delantera del Inter, hay cierto parecido con Ivan Perisic, el croata que en los últimos meses siempre había regateado el argumento de la renovación. En cambio en febrero el zurdo de Split cambió de opinión, decidió sentarse a negociar con Marotta y Ausilio. Se esperan actualizaciones, pero esta disponibilidad no hace más que animar todo el entorno. Una chispa que de momento no se ha disparado para De Vrij. El holandés aún tiene un año más de contrato con el club Viale della Liberazione y esto (paradójicamente) solo complica la situación. Antes del Covid había habido algunas pruebas de diálogo, luego, todo terminó en el olvido. También porque el jugador siempre ha tenido la aspiración de completar su carrera en la Premier League. Esta temporada su actuación ha sido menos brillante y esto también puede deberse a esta extraña situación de precariedad. Todo el mundo sabe que en verano podría desaparecer, pero de momento no ha llegado ninguna oferta. Es un buen rompecabezas. No se puede negar.
1 de marzo – 09:13
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