Un grupo de científicos de la Universidad de San Francisco en California ha desarrollado un dispositivo que puede imitar funciones renales clave, como equilibrar los fluidos corporales y liberar hormonas para regular la presión arterial. El implante funciona a partir de células renales y puede trabajar junto con un segundo dispositivo para filtrar los productos de desecho de la sangre.
El ‘riñón artificial’ está diseñado de tal manera que puede conectarse directamente a los vasos sanguíneos, de modo que pueda cumplir la misma función que un riñón sano (trasplantado) o un riñón en diálisis.
Las primeras pruebas en animales de laboratorio son muy prometedoras. Los cerdos que recibieron un implante fueron monitoreados de cerca durante siete días, y tanto las células renales implantadas como los propios animales tuvieron un buen desempeño. “No tuvimos ninguna complicación y ahora podemos ampliarlo, con la esperanza de replicar toda la gama de funciones renales a escala humana”, dijo uno de los investigadores.
En una siguiente fase, el periodo de prueba se ampliará a un mes, primero en animales y luego, si todo va bien, se realizarán también las primeras pruebas en humanos.