ES austero, sin duda. Esencial y obstinado. Parece esnob, pero es el porte rígido lo que la hace distante.. Desde que nació llama a cualquiera. Incluso a las abejas que dan vueltas sobre su cuna. Mercurio también se mantiene a distancia.
La constelación de Capricornio, de “Uranometria” (1603) de Johann Bayer (foto Getty Images)
Los nacidos con esta Venus saben lo que hacen, nunca se rindan al tonto sentimentalismo.. No fanfarronea, no vende sentimientos. No lo hace por el simple hecho de que “te amo” es una palabra preciosa, un material raro de conservar. Y se pronuncia sólo en los largos períodos de reflexión, después de un razonamiento metódico.
Venus en Capricornio es un diesel enamorado, enamora con calma y con sangre fría. Nunca pierde la cabeza como Venus en Aries., ni recurre a las estrategias sensuales de Escorpio. Odia la feminidad que aturde con sus dobletes.
Eso es suficiente, no tiene tiempo que perder. Llegó junto con Mercurio para darle una mano a Capricornio quien, luego de un verano difícil, necesita atención seria. Le importan los hechos, y en el silencio de este medio de diciembre pone sobre la mesa un programa constructivo que también será útil para Tauro y Virgo.
Se mueve con lucidez y autocontrol, desde niña está acostumbrada a manejar las emociones. Todos en el Firmamento están asombrados por esta Venus, pero nadie ha entendido nunca que ella, realmente ella, la reina de Narnia del Zodíaco, tendría una gran necesidad de ser influenciada.
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