Después de más de un año de arresto domiciliario en un lugar no revelado, la líder del gobierno depuesto de Myanmar, Aung San Suu Kyi, fue trasladada a una celda de aislamiento en la capital, Naypyidaw. Así lo dijo el jueves un portavoz de la junta militar, informó la agencia de noticias AFP. En abril pasado, Suu Kyi fue sentenciada a cinco años de prisión en el primero de 11 casos de corrupción en su contra. En ese momento, solo se le permitía salir de su residencia para juicios; su juicio ahora continúa en prisión.
El premio Nobel de 77 años fue derrocado en un golpe militar en febrero del año pasado después de liderar el gobierno de Myanmar durante cinco años. Los altos mandos del ejército afirmaron que Suu Kyi debía su reciente victoria electoral a un fraude. Hace seis meses, fue sentenciada por primera vez a un total de seis años de prisión por violar las medidas de corona e importar y poseer ilegalmente walkie-talkies. En abril, fue condenada en un caso de corrupción: presuntamente recibió 600.000 euros y 11,4 kg de oro en sobornos de un ministro.
Cien años de prisión
Suu Kyi se enfrenta a un total de 100 años de prisión. Anteriormente negó todos los cargos y calificó las acusaciones de “absurdas”. Sus partidarios dicen que la junta militar quiere que las demandas garanticen que Suu Kyi pasará el resto de su vida en prisión para que ya no pueda continuar con su carrera política. La junta misma habla de un juicio justo ante un tribunal independiente. El portavoz de la junta calificó el traslado de Suu Kyi a una celda de aislamiento como “de conformidad con el derecho penal”.
Aung San Suu Kyi se hizo conocida a fines de la década de 1980 por su oposición al gobierno militar en Myanmar, que estuvo en el poder desde 1962 hasta 2011. El ejército también la puso bajo arresto domiciliario. Poco se sabe sobre los casos actuales contra Suu Kyi. Son cerrados y tienen lugar en un tribunal militar. Sus abogados no pueden hablar con la prensa.
Lea también: El ejército de Myanmar tiene un nuevo problema: la deserción