Según la nueva coalición, en la que el ‘valor fijo D66’ quedó en el camino, ha quedado claro en los últimos años que ‘el mercado no tiene respuestas a demasiadas preguntas, que la responsabilidad individual termina en alguna parte’. Por eso, en líneas ideológicas, se opta por un papel principal del gobierno local.
Esto debería reflejarse especialmente en el recalentado mercado inmobiliario de Groningen. ‘Como ayuntamiento tomamos el control de la ordenación del territorio y apostamos por barrios mixtos, con más renta social, compra asequible y espacio público verde, biodiverso y habitable’, según el acuerdo municipal.
Parques solares y aerogeneradores
Para convertirse en CO2 neutral para 2035, Groningen quiere desarrollar y operar grandes parques solares y turbinas eólicas bajo su propia gestión. El Ayuntamiento (con nada menos que ocho regidores) también quiere luchar contra la desigualdad de oportunidades.
‘Groningen es el lugar más hermoso del país con vistas panorámicas, pueblos únicos, una ciudad bulliciosa y agradable para jóvenes y mayores, con gente hermosa, animales y naturaleza. Sin embargo, esa no es toda la historia. Hay mucha gente que vive en la pobreza, gente que no puede mantenerse por las circunstancias.’
En muchos aspectos, el nuevo colegio continúa por caminos previamente elegidos, por ejemplo, el gastado Oosterpoort será reemplazado por un nuevo centro de música, un proyecto multimillonario al que se opuso el SP. Y se construirán viviendas en las antiguas llanuras aluviales de Suikerunie, en contra de los deseos del Partido por los Animales.
Repensar la relación con la naturaleza y los animales
La responsabilidad administrativa es algo nuevo para el Partido por los Animales, después de que Arnhem tuviera la primicia este año. En Groningen, el debut deja huellas en el acuerdo colegial. En el campo de la alimentación se está trabajando para lograr una ‘transición proteica’ y un replanteamiento de la relación con la naturaleza y los animales.
“Al igual que los humanos, los animales tienen conciencia, pueden comunicarse entre sí de formas complejas, formar relaciones y formar comunidades. Por lo tanto, los consideramos como vecinos de nuestro municipio.’
Hay preocupaciones de la oposición sobre la elaboración concreta y el respaldo financiero de los planes del nuevo consejo municipal. “Leo mucho lenguaje de izquierda. Pero si miras la sección financiera, no veo dónde esta coalición realmente toma decisiones diferentes’, dice el líder del partido D66, Tom Rustebiel. ‘Si no quieres aumentar la carga y no quieres agotar tus reservas, entonces tienes que clavar el cuchillo, o poco cambiará’.
El veneno está en la cola.
El consejo pretende presentar un presupuesto plurianual equilibrado. Pero el diablo está en la cola: en 2026 amenaza un déficit de 16,8 millones de euros. Esto se debe principalmente a un recorte anunciado por el gobierno. El colegio de Groningen dice que asume que no se llevará a cabo, pero eso es incierto por el momento.
Rustebiel, miembro del D66, señala que aunque los partidos de izquierda se abrazaron rápidamente después de las elecciones de marzo, aun así negociaron durante meses. “Tal vez todavía no lo han descubierto”. También se pregunta cómo pretende el municipio aumentar las posibilidades de participación ciudadana a través de más gestión pública. ‘Mi mayor preocupación es que estos partidos, con sus loables ideales, se olviden de los habitantes’.