El ex seleccionador de Francia fue castigado por el ex italiano en la final del Mundial de 2006. Este último, sin embargo, en sus dos meses y medio al mando, no logró revivir al equipo. Y el calendario es muy duro
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engrandecido
– PARÍS
Días difíciles para Fabio Grosso. El Lyon siempre está último y el técnico italiano está rodeado de medios de comunicación que ponen en duda su banquillo. Y no podía faltar la estocada de Raymond Domenech, ya que el seleccionador de Francia fue castigado por el ex lateral, con el último penalti decisivo, en la final del Mundial de 2006, en Berlín. “En otro caso – declara Domenech – ya habría sido exonerado”. La última palabra, naturalmente, la tiene el propietario del club, John Textor, que, según L’Equipe, podría reunirse con el italiano en los próximos días, aunque por ahora no hay ninguna reunión oficial prevista.
opciones
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Mientras tanto, el juicio mediático ha comenzado tras la derrota en casa del domingo por la noche ante el Lille. Un 2-0 que, según los medios de comunicación, puso de relieve las limitaciones de gestión del ex entrenador del Frosinone que, por ejemplo, en vísperas del partido había anunciado el banquillo del capitán y delantero Lacazette, para luego hacerlo titular y cambiarlo a los 45 ‘ , junto a otros dos jugadores, siempre en el descanso. La decisión en el 2-0 de sacar a un delantero para insertar un defensor también generó preocupación. Una elección que sorprendió a Domenech, presidente del sindicato de entrenadores de la Ligue 1 y comentarista influyente de EquipeTv: “En la comunidad se dice que los entrenadores franceses son demasiado defensivos, pero los italianos son peores. Grosso dice que quería apretar las líneas insertando un defensor para evitar encajar un tercer gol. Si hubiera ocurrido en Alemania, lo habrían expulsado esa misma noche”.
batalla
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Último en la clasificación, en dos meses y medio desde que reemplazó a Laurent Blanc, Grosso acumula cuatro derrotas en siete partidos (1 victoria, dos empates): es el peor comienzo para un entrenador del Lyon desde 1990 y los tiempos de un cierto Doménech. En cualquier caso, para Equipe el italiano está en juego y mucho dependerá de la conversación con el propietario estadounidense Textor, que lo eligió para relanzar un equipo que hasta ahora no ha logrado despegar. Pero Grosso no se rinde y está dispuesto a “dar la batalla”. La zona de seguridad está a sólo cinco puntos, con un partido que recuperar: el de Marsella, el 6 de diciembre, cancelado por el atentado al autobús del Lyon y en el que Grosso resultó herido en la cara, golpeado por una botella. El sábado, sin embargo, hay un partido fuera de casa complicado ante el Lens, subcampeón de Francia en una racha positiva desde el 20 de septiembre, salvo una derrota en Eindhoven en la Liga de Campeones.
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