Astrud Gilberto, conocida por ‘La chica de Ipanema’, puso su lánguida voz de susurro a la bossa nova


Fue la cantante de una de las sensuales canciones de jazz jamás grabadas: ‘La chica de Ipanema’. Con ese éxito de 1963, Astrud Gilberto, de 83 años, quien falleció el lunes por la noche, le dio su susurro ronco y lánguido a la bossa nova, un género que conquistó al mundo. En las décadas que siguieron, grabaría diecisiete álbumes más, en su mayoría estándares de jazz en diferentes idiomas, y se mantendría para siempre como un ícono del samba jazz.

Astrud Evangelina Weinert era hija de madre brasileña y padre alemán. En Río de Janeiro en 1959 se casó con João Gilberto, el llamado ‘padre de la bossa nova’. Cuando lanzó el disco junto al saxofonista Stan Getz en Nueva York Getz/Gilberto grabado, surgió la idea de una versión en inglés de la ‘Garota de Ipanema’ de Antonio Carlos Jobim. Dado que Astrud, de 22 años, que vino con su marido, era la única en el estudio que hablaba el idioma lo suficientemente bien como para cantar, ‘La chica de Ipanema’ consiguió su voz.

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La canción se convirtió en un clásico, grabada por innumerables otros vocalistas, pero nunca tan engañosamente simple y penetrante como lo hizo el propio Gilberto. Sin embargo, en ese momento no se le acreditó y, según la tradición, no se le pagaron más de 120 dólares por su contribución. Getz en particular se apresuró a reivindicar el ‘descubrimiento’ de la joven que hasta entonces había sido ‘solo ama de casa’. En realidad, Astrud llevaba tiempo cantando profesionalmente.

Miedo escénico

Inevitablemente, a los ojos del público, se convirtió en la niña sobre la que cantaba, la niña que camina por la playa, balanceando las caderas y hace que todos los hombres miren hacia atrás. La imagen fue confirmada con gusto en la prensa. En 1964 se divorció de João Gilbero y se fue de gira con Getz, algo que luego diría que fue más que nada por necesidad, ya que atravesaba momentos difíciles como madre soltera. En entrevistas posteriores, también dejó en claro que padecía el machismo en la industria musical y la prensa estadounidense y brasileña.

cantante brasileña de bossa nova Astrud Gilberto con el saxofonista tenor estadounidense Stan Getz en el Festival de Jazz de Newport en 1966 en De Doelen en Rotterdam.
Foto ANP

Después de dejar la banda de Getz, grabó ocho álbumes en solitario para Verve Records y trabajó con gente como Gil Evans y Quincy Jones. Fue increíblemente popular en Asia y grabó álbumes en japonés. Hablaba y cantaba en francés, italiano, español, portugués, inglés y japonés.

Con el cambio de siglo, se retiró a Filadelfia con su segundo marido y dijo que siempre había sufrido de miedo escénico. En 2002, año en que ingresó al Salón de la Fama de la Música Latina, anunció que no volvería a presentarse por tiempo indefinido.

En las últimas dos décadas de su vida, Astrud Gilberto hizo arte visual y luchó por los derechos de los animales. Pero su obra musical fue utilizada muchas veces, por ejemplo en la película Juno y en muestras de artistas de hip-hop como Black Eyed Peas.



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