Astrid no puede pagar sus soportes para el arco, afortunadamente hay un fondo para eso.

Astrid* de Tilburg trabaja a tiempo parcial en cuidados domiciliarios. Limpia las 28 horas de la semana y dispone de una bicicleta eléctrica para poder llegar a tiempo a sus clientes. Debido a los elevados costes de reparación de su bicicleta, ya no podía permitirse los soportes para el arco de 165 euros que le había recetado su médico.

Marja Wittenbols cuenta la historia de Astrid: “Como no llevaba soportes para el arco, desarrolló dolencias para las que necesitaba analgésicos. Al final pudimos ayudarla pagando la factura de los soportes del arco».

Wittenbols forma parte del comité de revisión del Fondo de Apoyo de Tilburg. Astrid es una de las personas ayudadas por este fondo. El fondo paga la factura del dentista, fisioterapeuta o farmacia si las personas realmente no pueden hacerlo por sí mismas. Desde este mes, el fondo ha estado haciendo esfuerzos adicionales para llegar a los trabajadores que no pueden sobrevivir con su salario. Astrid, de Tilburg, es una de los trabajadores pobres.

Aumento significante
El fondo existe desde hace 11 años, pero el número de participantes ha aumentado considerablemente en los últimos años. Debido al aumento de los costes energéticos y de los precios en los supermercados, cada vez más personas se meten en problemas.

“La grasa proviene de los huesos. Muchas personas siempre han tenido ingresos muy bajos, pero apenas podían sobrevivir. Ahora eso ya no funciona. Ese es un gran problema.»

Muchos habitantes de Tilburg que trabajan piensan que no tienen derecho a recibir ayuda si simplemente tienen un trabajo. «Son personas que no piden ayuda fácilmente. Trabajan o tienen una pequeña pensión y ya han recortado todo. Entonces el dentista les dice que realmente necesitan hacerse algo en los dientes y les hace un presupuesto de 1.200 euros o les recetan medicamentos, pero no pueden pagar el copago”.

La punta del iceberg
“Las personas que reciben beneficios se dan cuenta antes de que se les puede ayudar. Estas personas también son conocidas del municipio y pueden contactarse personalmente. Pero la gente que trabaja y que siempre acaba de conseguirlo piensa: ay, esa ayuda no es para mí. «

En octubre, el fondo inició una prueba piloto para llegar mejor a los trabajadores pobres. El año pasado el fondo aprobó 346 solicitudes. En total se concedieron más de 238.000, una media de 690 euros por solicitud». Los ciudadanos sólo pueden presentar facturas impagas. «Se trata de una necesidad que no pueden resolver por sí solos».

*Astrid no es su nombre real.



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