El caso del asesinato de la tapa de alcantarilla comenzará mañana ante el tribunal de lo penal de Amberes. Hace seis años, el ingeniero agrónomo Paul Boeye murió en un establo que había comprado. Un accidente, dicen Jef Van Ouwenhuysen, el granjero que vivía en la finca, y su hijo Marnik. Un complot de asesinato, según la acusación. De fondo hay una discusión sobre compra, venta y 600.000 euros de subvención.
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