Del largo ayuno a la renovación sorpresa hasta el doblete en Roma-Salernitana. Historia de un delantero encontrado
En la percepción de cada uno de nosotros, un año puede pasar volando como si durara toda una vida. Todo depende de las situaciones, encuentros y realidades que la vida -o el destino- nos ponga por delante. Porque la felicidad, el dolor, la serenidad o la preocupación tienen el poder de acelerar o congelar el paso del tiempo. Precisamente por esta razón, determinar a qué ritmo ha vivido Andrea Belotti los últimos 365 días corre el riesgo de resultar todo menos sencillo. De hecho, en el transcurso de un año, el delantero de la Roma experimentó altibajos en su carrera -aunque limitarse al ámbito profesional pudiera resultar insuficiente-, experimentando estados de ánimo encontrados que condicionaron su desempeño en el terreno de juego. Porque si es cierto que el doblete marcado en Salernitana se parece mucho a un rayo de luz en la madrugada, metafóricamente la “noche” del Gallo resultó mucho más pensativa de lo esperado en medio de pesadillas, angustias y decepciones.