Menos de 4 de cada 10 italianos esperan una mejor posición social para sus hijos. El 66% se percibe ubicado en la parte baja de la pirámide social. Esta es la fotografía que surge de una encuesta elaborada por Area Studi Legacoop e Ipsos, sobre una muestra de 800 casos, mayores de 18 años. lo que emerge es la imagen de un país, Italia, en el que el ascensor social está bloqueado.
Fracturas sociales considerables
Un país marcado por importantes fracturas sociales: entre las más marcadas se encuentran la que existe entre ricos y pobres y entre honestos y mañosos (61%, pero, respectivamente, 66% y 67% en la clase obrera), seguida, en tercer lugar, de aquella entre el pueblo y la élite (56%, 64% entre los mayores de 65 años) y en cuarto y quinto lugar, todavía empatados, entre italianos e inmigrantes y entre trabajo estable y trabajo flexible (46%).
Solo el 6% cree pertenecer a la clase alta
En cuanto a la ubicación en la “pirámide social” según ingresos y condiciones de vida, el 27% de la muestra consultada cree pertenecer a la clase media y sólo el 6% a la clase alta; por otro lado, hasta el 66% de los encuestados cree pertenecer a la parte baja de la escala social. En particular, el 39% a la clase media “en declive” (entendidos como personas cuya posición social está en declive, poseedoras de una renta que no permite lujos); 15% a la clase frágil (los que llegan a fin de mes con dificultad) y 11% a la clase baja (los que tienen menos de lo necesario o se sienten pobres). Un cuadro de polarización social, en definitiva, confirmado también por la relativa dinámica percibida por la población en los últimos años. Solo el 5% de los entrevistados cree que su posición ha mejorado y para el 31% se ha mantenido igual en un nivel medio o alto; para el 38% se mantuvo igual en un nivel bajo o popular; en cambio, empeoró para el 26% restante (para el 19% empeoró, para el 7% mucho peor).
Ascensor social bloqueado
Una tendencia que también se proyecta hacia el futuro cercano y condiciona las expectativas de una mejor posición social de los niños, con diferencias en relación a la clase a la que pertenecen. Entre los pertenecientes a la clase media, el 35% piensa que los hijos podrán mejorar su posición con respecto a la familia de origen; 53% que lo mantendrá sin cambios; 12% que irá más abajo en la escala social. En la clase trabajadora, el 37% expresa expectativas de mejora para sus hijos y el 40% piensa que podrán mantener la misma posición. Pero el 23% (casi el doble que la gente de clase media) cree que le irá peor que a su familia de origen. «La clase media se percibe ‘en decadencia’, el país tiene miedo. Y la fe en el futuro es nuestro primer y único ingrediente para el desarrollo”, subraya Mauro Lusetti, presidente de Legacoop.
Les pesan los bajos salarios y la precariedad laboral
Pero, ¿cuáles son las razones que, según los indicios de la audiencia cuestionada por Legacoop e Ipsos, han llevado al empeoramiento de las condiciones sociales y de vida de las personas? Los dos primeros lugares incluyen salarios bajos (indicados por 55% y 59% en la clase media-baja) e inseguridad laboral (49%), seguidos por impuestos excesivos (42%) y corrupción (42%). En quinto y sexto lugar, conjuntamente (con un 27%) la incapacidad de los partidos para defender a las personas económicamente más frágiles y la brecha salarial cada vez mayor entre directivos y trabajadores.Para completar la encuesta se preguntó cuáles son los elementos que pueden permitir redención y que, por el contrario, son los que la hunden. Respecto a los primeros, el 48% indicó capacidad de sacrificio; 45% la capacidad de ahorro; 37% trabaja duro; 34% haber estudiado; 33% el apoyo de la familia de origen. Frente a estos últimos, los impuestos ocupan el primer lugar (42 %), seguidos de la astucia y la deshonestidad ajena (35 %), la precariedad y el miedo al riesgo (ambas con un 26 %), la mala suerte (20 %) y el conformarse con lo poco que es suficiente (19%).