El club vía Aldo Rossi ha invitado a sus hinchas a iluminar hogares, ciudades y espacios digitales con el color que lo diferencia del Inter. Y en el Meazza será un espectáculo
Nunca como esta vez podemos hablar de… hilo común. El rojo como tema cromático dominante, como máxima referencia visual de este primer derbi de Champions. El Milán ha pedido a todos sus aficionados, que el club estima en más de 550 millones repartidos por todos los continentes, que enciendan algo rojo antes de la primera ronda contra el Inter. Así surge el sentido de Una luz que nunca se desvanece – Una luz que nunca se apaga: campaña global y multicanal que invita a los fanáticos a iluminar hogares, ciudades y espacios digitales con una luz roja. Podría ser el de la TV, la PC, una tableta o incluso un teléfono inteligente (solo conéctese al canal de YouTube del club, donde está disponible una pantalla roja en la transmisión en vivo), pero mientras tanto, también había… grandes objetivos iluminados. hasta rojo. Como el Burj Khalifa de Dubái, el rascacielos más alto del mundo, seguido de la Piazza Duomo y, por supuesto, el estadio Meazza (con hipódromo).
el buen vestido
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Un San Siro que lleva tiempo agotado, que una vez más -pero no cabía duda- no se ha acercado ni siquiera a la fase de venta de entradas gratuitas. Todo pulverizado en la fase de tanteo para abonados y titulares del carné Cuore Rossonero. El Meazza se vestirá de nuevo y lucirá el traje de las grandes ocasiones frente al mundo. Una vez más, un traje a medida de la Curva Sud Milano, que actualmente está ultimando los últimos preparativos para la habitual y espectacular coreografía en tres anillos (privilegio para los que juegan en casa: la afición visitante debe conformarse con una). Salvo que en esta ocasión el trabajo de concebir, organizar y empaquetar el “coreo” fue inevitablemente mucho más rápido. Tiempos decididamente más cortos de lo habitual porque para dar luz verde a los trabajos era evidentemente necesario esperar al desenlace de los cuartos de final. Eso es el 18 de abril. Significa que los ultras rossoneri solo tuvieron tres semanas para montar la escenografía del primer Euroderby. Unos veinte días, cuando normalmente estamos ante trabajos que también requieren de 2-3 meses. Más de una treintena de personas se pusieron manos a la obra, con un compromiso casi diario que vio como último acto un par de días (y un centenar de personas) dedicados únicamente al montaje y montaje en el interior del estadio. Como en los anteriores partidos de Champions, además de la Curva Sud, el resto del estadio también se verá envuelto en el espectáculo de la escenografía rossoneri.
9 de mayo – 11:47
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