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Las historias que importan sobre dinero y política en la carrera por la Casa Blanca
Una flotilla naval rusa atracará en Cuba el miércoles, la primera visita de este tipo desde el estallido de la guerra en Ucrania y una señal de que la invasión a gran escala de Moscú está acercando a La Habana a su viejo aliado.
Se espera que un submarino ruso de propulsión nuclear y tres buques de guerra disparen una salva de 21 cañonazos a través de la Bahía de La Habana, para ser recibidos por las autoridades comunistas de la isla. Se espera que atraquen en el mismo lugar donde solían anclar los cruceros estadounidenses hasta que fueron prohibidos por la administración Trump hace cinco años.
La escala en el puerto de Rusia se produce en medio de crecientes tensiones con Estados Unidos por la guerra en Ucrania. La semana pasada, el presidente Joe Biden autorizó al ejército ucraniano a atacar objetivos en Rusia con armamento estadounidense. El presidente Vladimir Putin respondió diciendo que Moscú podría armar a más países hostiles a Occidente.
“Es el ojo por ojo que siempre han implicado las relaciones ruso-estadounidenses en Cuba”, dijo Hal Klepak, profesor emérito de historia y estrategia en el Real Colegio Militar de Canadá. Dijo que el mensaje que Moscú espera enviar a Washington es: “Sí, pueden hacernos mucho más desde Ucrania, pero tampoco estamos completamente indefensos y podemos ser una molestia para ustedes”.
Cuba ha sido durante mucho tiempo el aliado más cercano de Moscú en América, mientras que Rusia es uno de los pocos países que La Habana considera “socios estratégicos”. Las relaciones de Cuba con otros aliados como China y Venezuela han decaído, pero sus vínculos con Rusia son más fuertes que en cualquier otro momento desde la Guerra Fría, dicen los analistas.
Ansiosa por aumentar el apoyo diplomático a su guerra en Ucrania, Rusia considera que vale la pena cortejar a Cuba debido a su duradera influencia entre las naciones en desarrollo. Mientras tanto, en La Habana, el Partido Comunista en el poder está buscando cualquier ayuda económica que pueda conseguir: la producción se ha desplomado en la economía de planificación centralizada; el turismo no se ha recuperado completamente desde la pandemia de coronavirus; y millones de personas ahora enfrentan apagones de 12 horas diarias.
En 2022, Rusia envió sus mayores volúmenes de petróleo a Cuba desde el final de la Guerra Fría. El año pasado, acordó suministrar a La Habana 1,64 millones de toneladas anuales de petróleo y derivados, una cantidad similar a la del año anterior, aunque las entregas no han sido suficientes. En marzo, un petrolero ruso atracó con 90.000 toneladas de petróleo luego de protestas contra la escasez de alimentos y energía en Santiago, la segunda ciudad de Cuba.
Ahora que Cuba puede procesar los pagos de crédito y débito de los rusos, los turistas del país están acudiendo en masa a la isla. Unas 66.000 llegaron en el primer trimestre de este año, el doble que en el mismo período del año anterior, según cifras oficiales. También se han anunciado inversiones privadas rusas en hoteles, azúcar y ron.
Cuba se ha abstenido sistemáticamente en las resoluciones de la ONU sobre la invasión de Ucrania, pero la retórica de la isla recientemente se ha transformado de una que podría interpretarse como neutral a otra descaradamente prorrusa.
En una visita a Moscú el mes pasado, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel deseó a Putin “mucho éxito en la operación militar especial”. El año pasado, el líder cubano dijo que las sanciones a ambos países “tienen el origen en el mismo enemigo: el imperio yanqui”.
El expresidente estadounidense Donald Trump revirtió la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba emprendida por su predecesor Barack Obama, y Biden ha mantenido un embargo económico y una política de compromiso limitado. Esa postura ha dejado espacio para que lo llenen los adversarios estadounidenses.
“Hemos visto esta película antes”, dijo Rafael Hernández, editor de una revista de ciencias sociales respaldada por el estado y alguien que estaba enseñando a leer a los campesinos en 1961, el año en que Cuba pasó decisivamente al campo soviético. “Estados Unidos está una vez más fortaleciendo y acelerando nuestra relación con Rusia”.
El despliegue de misiles nucleares soviéticos en Cuba desencadenó la crisis de los misiles de 1962, lo más cerca que ha estado el mundo de una guerra nuclear. El Ministerio de Asuntos Exteriores de La Habana afirmó que los buques de guerra rusos que llegaron el miércoles no portan armas nucleares y no representan ninguna amenaza para la región.
Los funcionarios de la administración Biden dijeron que esperan ejercicios militares rusos en el Caribe en los próximos días, y agregaron que la presencia de la flota no era una preocupación.
“Estamos de regreso a antes de 1990”, dijo Bill LeoGrande, profesor de gobierno en la American University. “A medida que entramos en la Guerra Fría 2.0, Cuba es vista una vez más como parte del campo adversario”.