Los ministros de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita e Irán se reunieron en Beijing el jueves por primera vez después de que los rivales acordaron restablecer los lazos diplomáticos en un acuerdo que subrayó la creciente influencia de China en el Medio Oriente.
Los ministros de Relaciones Exteriores dijeron que comenzarían el proceso de reapertura de las embajadas en sus respectivos países, así como también buscarían la cooperación en temas económicos y de seguridad, según un comunicado conjunto informado por la agencia estatal de noticias IRNA de Irán.
Los países también iniciarán trámites para reanudar vuelos y delegaciones y facilitar trámites de visa. Los consulados en la ciudad de Mashhad, en el noreste de Irán, y en Jeddah, en Arabia Saudita, también reabrirán.
“Las dos partes acordaron expandir la cooperación en todos los campos que puedan ayudar a la seguridad y estabilidad de la región y satisfacer los intereses de sus naciones y países”, dijo el comunicado.
Arabia Saudita e Irán acordaron restablecer las relaciones diplomáticas dentro de dos meses en un acuerdo histórico firmado en marzo en China, que puso fin a una brecha de siete años entre las potencias de Medio Oriente.
China negoció el acuerdo después de celebrar días de reuniones secretas, en la última señal de que Beijing está decidida a ampliar su papel diplomático en una región que tradicionalmente ha sido parte de la esfera de influencia de Estados Unidos. El acuerdo se produjo meses después de que el presidente chino, Xi Jinping, visitara Arabia Saudita para una cumbre árabe.
Xi recibió una espléndida bienvenida en diciembre, en marcado contraste con la recepción discreta de Joe Biden cuando el presidente de los Estados Unidos llegó al reino en julio. Biden les dijo a los líderes árabes que Washington no se haría a un lado y permitiría que China, Irán y Rusia suplantaran a Estados Unidos en la región.
Estados Unidos, que da la bienvenida al acercamiento, sin embargo está preocupado por los crecientes lazos tecnológicos y de seguridad entre Beijing y el Golfo. En 2021, presionó a los Emiratos Árabes Unidos para que cerraran una instalación que Washington dijo que era una instalación de seguridad china.
Teherán y Riad terminaron sus relaciones en 2016 después de que Arabia Saudita ejecutara a un clérigo chiíta y los manifestantes iraníes irrumpieran en su embajada. La disputa avivó las tensiones en la región que ya eran altas después de que los dos países respaldaran a bandos opuestos en la guerra en Yemen.
El restablecimiento de los lazos diplomáticos ha generado esperanzas de que podría ayudar a poner fin a la guerra de Yemen, que una coalición liderada por Arabia Saudita lanzó en 2015 después de que los rebeldes hutíes respaldados por Irán tomaron gran parte del país. Diplomáticos dijeron que las dos partes habían progresado en los últimos meses hacia un acuerdo de paz y que se ha mantenido una tregua desde el año pasado.
La guerra ha matado a cientos de miles de personas, directamente o por desnutrición y enfermedades, creando lo que la ONU llamó el peor desastre humanitario del mundo provocado por el hombre. También llevó a los rebeldes hutíes a apuntar a Arabia Saudita y su socio de coalición, los Emiratos Árabes Unidos, con ataques con drones y misiles.
Irán también ha calmado las tensiones con los Emiratos Árabes Unidos, que acordaron el año pasado volver a nombrar a su embajador en Teherán.