‘Aquí en la arcilla mi historia está completa’

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‘Trabajé en restaurantes como cocinero durante años. Trabajé un año aquí, luego otros dos años allá, tanto en el lado frío como en el lado caliente. Aprendí el oficio en Italia y cociné allí a tiempo completo durante cuatro años. Mi ambición nunca fue cocinar al nivel de una estrella con mucho alboroto, sino más bien honesto y puro como lo aprendí en Italia.

“Sin embargo, siempre había algo que me faltaba, no sentía que me gustaría llenar mi trabajo ideal. Luego comencé a escribir mi plan de negocios, quería montar un estudio de cocina. Dediqué seis meses para eso y hace cinco años comencé mi propio negocio. Mientras tanto, me mudé de Utrecht al campo. Debido a que tengo mi nariz en la arcilla aquí, donde crecen los productos y los agricultores están ocupados, mi historia está completa. En mi estudio de cocina doy cursos de cocina y puedo contarles a mis invitados toda la historia, de dónde viene tu comida hasta que está en tu plato.

“Los salarios de la hospitalidad suelen ser bastante bajos y trabajas duro, así que cuando comencé por mi cuenta, quería ganar un poco más. Fuera de corona, funcionó bien. Suelo mirar lo que me sobra al final del año, que aparto para mi jubilación. Creo que este año, aunque he estado cerrado durante tres meses, será un año bastante bueno”.

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‘El año pasado, mi novio y yo pudimos comprar una casa que ha sido liberada para residencia permanente en un parque de vacaciones. Mi contador también me aconsejó que comprara una casa, porque mi negocio iba bastante mal en ese momento debido a la corona. Si no hubiéramos comprado entonces, ahora, como empresario, hubiera tenido que esperar de tres a cinco años para volver a obtener una hipoteca.

“No tuvimos que hacer mucho en la casa, pero era una casa de vacaciones y, por lo tanto, no estaba equipada para cocinar mucho. Por eso hemos instalado una cocina nueva y renovado algunas cosas.

“Tenemos dos perros, Mikkel y Aksel. Mikkel nunca tiene nada, pero con Aksel tenemos que ir al veterinario casi todos los meses. A veces tropieza o choca contra una rama, otras veces tiene que tomar antidiarreicos porque ha comido algo mal. Por eso hemos asegurado a ambos perros. Eso cuesta 53 euros al mes, pero al menos no te llevarás sorpresas.

“También tengo un velero, que requiere bastante mantenimiento. Debes frotarlo una vez cada dos años; si lo haces tu mismo, ya cuesta 250 euros. Tengo placas solares y este año ya he perdido 400 euros por problemas de motor. Navegamos mucho con él el verano pasado, esas también fueron nuestras vacaciones”.



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