Era 1959 y el gran periodista, súper hincha de la Fiorentina, describía el 8-7 de Viola ante los rossoneri, con el que había soñado la noche anterior. En la cancha, sin embargo, ganó el Diablo…
El sábado 11 de abril de 1959 Indro Montanelli abordó un vagón del tren que, desde la Estación Central de Milán, lo llevaría a Florencia. Se aseguró de que no lo reconocieran: no quería molestias antes y durante el viaje. Necesitaba concentrarse y, sobre todo, no admitía que nadie notara su ansiedad y tensión previa al partido. Bajó a la Toscana, enviado por Corriere della Sera, para contar el partido del año: Fiorentina-Milán.