Ante la desesperación y las protestas de la población inundada, la reina se conmovió: “¿Cómo no van a estar enojados?”.


ELcorazón palpitante, lágrimas en los ojos. Nunca antes habíamos visto Letizia de España derritiéndose en lágrimas llenas de tensión y miedo. Rodeado de ira y desesperación, un paiportauna de las localidades a pocos kilómetros del epicentro de Valencia devastación causada por inundacionesla reina ha vuelto humano. Ni un ápice de esa frialdad que tanto se le ha atribuido en los últimos años apareció en su rostro ensuciado por el lodo les arrojaron voluntarios convertidos en manifestantes.

El dolor de Letizia de España

“¿Cómo es posible que no se sientan así? ¿Cómo no van a estar enojados?» dijo la reina con la voz quebrada por la emoción, mientras los vecinos le pedían ayuda en medio del barro y la desesperación. “¿Qué esperaban?” comentan los lugareños, que presenciaron el infierno la tarde del 29 de octubre. Personas que han escapado de la muerte, que ciertamente no se dejan impresionar por un anorak manchado de barro o por las lágrimas de un ex periodista convertido en monarca.

La furia de los valencianos

haberlo querido mostrar unidad institucionalen este caso, no pagó. Letizia de España y el rey Felipe VI se presentaron en Paiporta con el presidente del gobierno ibérico Pedro Sánchez y el presidente de la Generalitat Valenciana Carlos Mazón. Los dos personajes políticos que los ciudadanos han señalado como “responsables” de haber tardó en dar la alarma a la población, para ayudas que escasean y para el personal de rescate que no llega.

En el caos general, Felipe y Letizia de España intentaron dar su consuelo. Ella se acercó a consolar a los residentes. abrazó a algunos de ellos que literalmente se arrojaron a su cuellotodavía en shock después de pasar días paleando en el barro. Manos en el pelo, boca tapada instintivamente ante el horror de las historias. Una mujer, que la vio especialmente conmocionada, intentó tranquilizarla: «No es culpa suya, señora». La humanidad y cercanía mostrada por la reina dejó huella entre los presentes, quienes, a pesar del caos, reconocieron el intento de la pareja real de escuchar su dolor.

El rey asegura: “Averiguaré por qué se retrasa la ayuda”

Paralelamente, el rey Felipe es detenido durante mucho tiempo con los residentesescuchando los testimonios de quienes perdieron familiares, viviendas y trabajos a causa de la inundación. El monarca intentó calmar los ánimos, asegurando a los presentes su compromiso personal: “Haré todo lo que pueda para descubrir por qué la noticia de la tormenta llegó tan tarde y por qué la ayuda está tardando tanto”.. Palabras que, a pesar de algunas resistencias, han aportado un mínimo de alivio a una población que pide no ser abandonada.

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