Anna (72): “Prefiero comer solo una vez al día que pasar frío”

Anna Duricic acaba de irse de compras con su compañero de compras Peter Lutterman, de la organización de voluntarios Maatje040. Juntos desempacan la maleta en su modesta casa en Woensel West. Debido a los problemas físicos que ha tenido durante los últimos dos años, él la ayuda con los ‘recados grandes’ una vez a la semana.

El presupuesto es modesto

Anna llegó a los Países Bajos como refugiada de Bosnia hace 30 años, sin nada. Se construyó una nueva vida, encontró trabajo aquí. Su presupuesto es modesto: 1.100 euros al mes. “Tenía 42 años cuando llegué aquí, por lo que mi pensión estatal no está completa”. La pensión que tiene, acumulada a lo largo de 17 años de trabajo en el Centro de Diagnóstico, es de 87 euros al mes. “Estoy realmente decepcionada por eso”, dice ella. Ella también recibe beneficios de salud y energía.

Su presupuesto semanal para la compra es de unos 50 euros. Para los mandados grandes, que hace semanalmente con su amigo Peter, gasta entre 30 y 35 euros. También presta mucha atención a qué productos son más baratos en Lidl o Albert Heijn. Además, de vez en cuando compra ‘pan de ayer’ en su barrio, y frutas y verduras en la tienda turca, porque es más barato. Solo compra ofertas si son productos que necesita.

Los costos de energía se duplicaron este año

Duricic: “No necesito mucho, y por suerte soy muy bueno con el dinero. Pero no tengo una vida lujosa”. Ya no se atreve a salir a cenar, por muy cuidadosa que sea. “Yo tampoco pido comida. Por esa cantidad puedo comer durante dos días si me cocino yo mismo. Todavía puedo comprar lo que quiero comer”, dice. “Todavía.”

Sus costos de energía casi se han duplicado este año. “En esa casita, de un solo dormitorio, pagué 110 euros al mes el año pasado, y al final del año me devolvieron 30 euros. Desde este año, eso son 209 euros al mes”. Ha apartado el recargo energético de 180 euros del municipio de Eindhoven y los 800 euros del estado (de los que ya ha cobrado 400 euros). Duricic: “No sé lo que tengo que pagar a fin de año” Intenta ahorrar cocinando lo más posible durante dos días. Pero ella no puede sentarse en el frío, se dice a sí misma. “Preferiría comer solo una vez al día que sentarme en el frío”.

La inflación golpea duramente a muchos ancianos

Hace unos diez meses que no tiene espacio para guardar nada y eso la preocupa. “Supongamos que su lavadora se descompone o necesita ser reemplazada. Y me temo que todo se pondrá aún más difícil. Las personas mayores también suelen tener muchos costos de atención médica”, dice ella. “Y realmente no te reembolsan todo”.

“No creo que sea justo”, dice ella. “Las personas mayores han contribuido a la sociedad toda su vida. Pero nadie menciona nunca a los ancianos. Todo lo que escucho en la televisión es sobre el poder adquisitivo de los ingresos medios y bajos. También pagábamos impuestos e hicimos todo por la sociedad”.

Fuente: ANUNCIO

23 de agosto de 2022



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