Angelika Rainer del hielo a la roca. Centrar un nuevo negocio

La escalada en hielo había ganado tres títulos mundiales entre 2009 y 2013 y las Copas del Mundo en 2012 y 2015. Ahora se ha puesto a prueba en el Escalatamasters: sólo seis mujeres en el mundo han llegado más lejos

De nuestra corresponsal Simone Battaggia

Angelika Rainer vuelve al Festival Deportivo después de cinco años. En 2018, la meranesa contó su legendaria carrera como escaladora en hielo -tres títulos mundiales entre 2009 y 2013, las Copas del Mundo en 2012 y 2015- y los proyectos realizados al aire libre, pero siempre en invierno y con material de invierno. Esta vez, sin embargo, habla del reciente punto de inflexión en su actividad, que la ha visto como protagonista en la roca. El pasado mes de marzo, en Perles (Cataluña), este joven del Tirol del Sur de 36 años escaló el «Escalatamasters», grado 9a. Sólo seis mujeres en el mundo han llegado más lejos (9a+ o 9b). “Fue como volver a mi antiguo amor – dice Angelika -. De niña me encantaba escalar al aire libre, luego seguí otro camino pero en un momento, una vez terminado el periodo de competición, sentí que tenía que volver a la pared. Pero para ello tuve que convencerme, me dije que podía atreverme y me apoyé en los consejos de un entrenador que fue campeón del mundo, Patxi Usobiaga. Busqué una ruta que ya había subido una mujer, lo que me dio tranquilidad y me puse manos a la obra”.

Confianza y cansancio

El ascenso a “Escalatamasters” se produjo el 9 de marzo, después de un período de estudio inicial en octubre de 2022. “En otoño aprendí algunos consejos de la finlandesa Annaliina Latinen, quien me explicó cómo superar ciertos pasajes. Entendí que esa ruta era adecuada para mí y que me gustaba el lugar, requisito fundamental para mí. En invierno, al volver a casa, me preparé físicamente para el esfuerzo que me esperaba, cogí confianza subiendo un 8c+ en Arco di Trento, grado que me faltaba, y regresé a España con confianza, así que me llevó 11 días para completar esa ruta de 80 movimientos”. Tras la hazaña llegó la alegría, pero también la repercusión del cansancio. “Escalar una ruta tan difícil no es como ganar una carrera, donde enseguida te dan una medalla y al día siguiente te despiertas y la ves ahí en la mesilla de noche. En este caso la satisfacción llega poco a poco, día a día, pensando en lo que hiciste, en el camino recorrido, pero sobre todo gracias a los mensajes de elogios que recibí de viejos amigos y compañeros. Estaba tan emocionado que al regresar a Italia fui inmediatamente a Arco a buscar un nuevo proyecto, pero recibí una paliza y me di cuenta de que estaba cansado. Regresé a casa con mi madre, me mimaron, comí y dormí, al mes retomé el entrenamiento pero lamentablemente dos tendinitis, en un dedo y en un codo, me limitaron. Ahora es mejor». ¿Suficiente para retomar el rumbo este invierno con un proyecto más ambicioso? “Todavía no, creo que necesito estabilizar el nivel antes de aumentar el rango. Y luego estoy pensando en volver a hacer algo interesante en el hielo».





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