Por Birgit Buerkner
Enorme ola de indignación tras el informe de BZ sobre la demolición prevista de la piscina en Teltower Damm en Berlín-Zehlendorf. Los ciudadanos de la tercera edad también están en armas contra los planes del Senado.
La piscina, donde actualmente se imparten más de 100 cursos a la semana, dará paso a un nuevo comedor para el vecino colegio John F. Kennedy. Además de las clases para niños, también se ofrecen alrededor de 50 cursos de gimnasia acuática en la piscina (12 x 6 metros) con una temperatura del agua de 30 grados.
“Entre otras cosas, las personas acuden a nosotros con problemas en los discos intervertebrales, después de operaciones de rodilla y cadera, con enfermedades en las articulaciones del hombro”, dice el entrenador de aquanastics Thomas Janke (62). “No les sería posible hacer deporte en tierra. La flotabilidad del agua hace que el cuerpo sea más ligero. Para muchos, la única manera de moverse”.
El suelo pélvico de altura ajustable se puede subir y bajar según la sesión de entrenamiento, algo único en Berlín.
Según la Administración de Educación del Senado, el edificio, que pertenece al fondo especial del Estado de Berlín, no puede renovarse económicamente. Un portavoz del Senado también dice que el área es “necesaria para las necesidades urgentes de la escuela”.
El operador de la piscina cancelado, el centro de salud Primavita perteneciente al hospital Waldfriede, perdió el 65 por ciento de sus ingresos como resultado de la demolición. “No podremos evitar los despidos por razones operativas”, dice Sylke Engel, líder del equipo de Primavita.